Fue el 24 de enero del 2013, a las 3 de la tarde con 20 minutos. Rafael Torres volvía de su colación a trabajar. Cuando le restaban 10 metros para llegar a su oficina, en la comuna de Quilicura, un bus del Transantiago, conducido por Mauricio Muñoz, se subió a la vereda. Allí lo atropelló a él junto con María Angélica Guerra.
El golpe lo arrojó cerca de 8 metros por el aire y se fracturó el pie. En un primer momento, solicitó por daño moral 80 millones de pesos.
En las pruebas que Torres presentó al tribunal están los diversos certificados médicos, y acredita que quedó con una incapacidad de 15%, y que de por vida tendrá que utilizar una bota ortopédica.
La empresa se opuso, y el conductor del bus se declaró en rebeldía. Finalmente fue encontrado, pero no aportó antecedentes a este juicio civil.
El 15 de abril de este año se condenó finalmente a la empresa y al conductor a indemnizar por 20 millones.
Posteriormente este fallo fue confirmado por la Corte de Apelaciones de Santiago.