Este miércoles, el arzobispo emérito de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, anunció que no viajará a Roma para participar en el encuentro que convocó el Papa Francisco con los obispos chilenos programado para la próxima semana.
Las razones -explica La Segunda– apuntan a que está cansado de las polémicas y que aprovechando que la cita solo es obligatoria para los obispos en ejercicio, aprovechó a restarse. Además, se suma un conflicto doméstico: la casa de huéspedes del Vaticano no tenía habitaciones disponibles para esa fecha.
Errázuriz ha dicho que “el Papa sabe lo que podría aportar” y que por lo mismo le ofreció escribírselo, lo que la máxima autoridad de la Iglesia Católica aceptó. Tampoco irán Andrés Arteaga, obispo auxiliar de Santiago, y otros obispos eméritos como monseñor Bernardino Piñera y Jorge Medina, debido a su avanzada edad. Lo que ocurra con el polémico Juan Barros aún está pendiente, aunque ha manifestado su intención de participar.
El cardenal Errázuriz ha sido acusado por las víctimas de los abusos sexuales de Fernando Karadima como uno de los principales encubridores, así como también Arteaga y Barros.
