La toma feminista se baja. Así confirmaron a EL DÍNAMO estudiantes de la Universidad Diego Portales (UDP) el término de la movilización en la Facultad de Derecho y en la de Artes, Arquitectura y Diseño, luego de tres semanas de movilizaciones.
Esto, luego de que la casa de estudios tomó la decisión de renunciar a impartir varios cursos debido a la “ausencia de condiciones básicas” para continuar con las clases, por lo que los ramos deberán ser asumidos por los estudiantes el próximo año.
“Estas medidas apuntan directamente a ejercer presión en el estudiantado, y en consecuencia provocar división entre los estudiantes. La mayoría de los afectados son alumnos que están por egresar, por lo que esta situación los obligaría a pagar un semestre más”, cuenta una estudiante de la la UDP, que prefirió mantener el anonimato.
En ese sentido, detalla que “vamos a bajar la toma porque no queremos perjudicar a los demás alumnos (…) al final la universidad está perjudicando a más gente de la que podrían beneficiar si es que en algún momento ceden”.
“No sé si podría decirse que hemos tenido un dialogo con las autoridades de la universidad, ha sido imposible llegar a un consenso. Nosotras ya estamos destruidas emocionalmente, quizás fisicamente podríamos aguantar muchos más días, pero sentimos que no estamos llegando a ninguna parte”, agregó la joven.
El pasado lunes la UDP informó a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales, a través de un comunicado al que tuvo acceso EL DÍNAMO, que “la suspensión de clases arriesga la calidad de la formación recibida”, por lo que a raíz de toda esta situación “nos hemos visto en la obligación de tomar medidas paliativas o, sencillamente, renunciar a impartir los cursos que, por su naturaleza, ya no cuentan con las condiciones mínimas para cumplir con sus objetivos de aprendizaje”.
El 20 de agosto se iniciaron las movilizaciones en 11 facultades de la casa de estudios, debido a la “nefasta” aplicación de los protocolos de denuncia por acoso sexual por parte de la Dirección Jurídica de la casa de estudios.
“Incumplimiento y abandono del acuerdo firmado anteriormente, y a las distintas negligencias que ha cursado la universidad en el proceso de denuncias de víctimas de violencia sexual”, argumentaron desde la comunidad universitaria.
