Secciones
País

Joven intoxicado con aceite de cannabis: “Tuve compromiso de conciencia”

Frente a esto, Contreras llevó las gotas al ISP, organismo que el pasado 16 de septiembre presentó una querella criminal por la entrega de preparados cannabicos artesanales no certificados.

Cannabis

El Instituto de Salud Pública (ISP) emitió en septiembre una advertencia por un preparado artesanal de cannabis que generó una intoxicación en un paciente con cáncer.

Se trata del caso de Sebastián Contreras, estudiante de Medicina de la Universidad de Chile, quien congeló sus estudios a causa de un cáncer etapa cuatro, quien aseguró que Ana María Gazmuri, integrante de Fundación Daya, le entregó el producto.

El joven relató que hace cerca de un año le contó a un cercano de los fuertes dolores que le provocaba el mal, por lo que “ella me dijo que hablaría con Ana María Gazmuri, que tenía acceso a preparados (de cannabis)”.

Según detalla El Mercurio, la actriz, con quien compartía militancia en Revolución Democrática (RD) le entregó unas ánforas con aceite de cannabis.

“Yo quería aliviar mis dolores. Así que tomé las gotas ese mismo día y a los veinte o treinta minutos comencé a sentirme muy mal (…) Sentí taquicardia, náuseas, sudoraciones. Luego vino una angustia. No podía reaccionar cuando me hablaban. Tuve compromiso de conciencia”, detalló.

En vista de la situación, fue derivado hasta una clínica donde le suministraron suero para enfrentar la toxicidad del aceite y le advirtieron del peligro de utilizar productos artesanales.

Frente a esto, Contreras llevó las gotas al ISP, organismo que el pasado 16 de septiembre presentó una querella criminal por la entrega de preparados cannabicos artesanales no certificados.

Ante lo sucedido, Ana María Gazmuri explicó que miembros de RD le pidieron ayuda para el joven. “Me plantean la urgencia. Y les dije que los podía ayudar dándoles parte de mi aceite. Mandaron una persona a mi casa y les entregué una donación personal y hoy se trata de usar contra la fundación. Para mí lo más importante es defender el rigor con el que se trabaja en Daya. Otra cosa es lo que uno puede hacer en términos personales. Cómo les vas a negar una ayuda”, sentenció.

Notas relacionadas








No creo en el mejor disco del año

No creo en el mejor disco del año

Dicho eso no pretendo evangelizar a nadie. No vengo a dictar cátedra ni a levantar un tótem. Simplemente me animo, en este momento del año tan dado a los balances, a hablar de un disco. No el disco. Mi disco. El que, sin avisar, fue compañía, refugio y espejo. En mi caso, ese viaje personal tuvo nombre propio: Twilight Override, de Jeff Tweedy.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen