Secciones
País

Viernes Santo y retail: la paradoja de los derechos laborales y la libertad

El debate ha tomado distintas aristas, desde la libertad de culto hasta la eliminación de feriados para transformarlos en vacaciones.

Hace algunas semanas, empresas de retail anunciaron que abrirán sus puertas durante el Viernes Santo. De concretarse, esto implicaría que sus trabajadores deban presentarse, pese a tratarse de un día festivo religioso. Como era de esperar, el anuncio ha causado una polémica importante donde, una vez más, la libertad, el mercado y los derechos laborales quedan bajo escrutinio.

Nadie cuestiona el derecho de los empleadores para organizar su empresa. Más allá de la libertad económica, cuentan con herramientas jurídicas para adaptar la producción a sus intereses. Sin embargo, ¿quién garantiza y protege por la libertad de las personas trabajadoras?

Algunos criterios apuntan a que la libertad de trabajo no debería impedir que éstos decidieran y acordaran con sus empleadores cuándo y cómo trabajar. Sin embargo, la propia historia ha demostrado que, en material laboral, no hay igualdad más lejana que la que existe entre quienes detentan el poder para decidir cuándo y cómo otros deben ejecutar las funciones de su empleo.

La empresa es un espacio donde se materializa la falta de libertades porque responde a quienes controlan los bienes económicos. De modo que aparece un vínculo de subordinación que no se traduce solamente en el espacio del Derecho; sino también, en el funcionamiento de las relaciones sociales entre los ciudadanos y los empresarios, ya que, los primeros quedan sometidos a quienes se distribuyen el control sobre los activos productivos.

Utilizar argumentos para justificar la apertura en un día -tradicionalmente- festivo, asociados a la revitalización del mercado, el consumo o la rentabilidad de la empresa, no hace más que reforzar la visión productiva que informa el mundo del trabajo. El debate sobre la libertad como justificación en este contexto plantea el dilema de si una economía cada vez más industrializada puede ofrecer independencia a todos o solo a algunos.

En este caso, los derechos laborales chocan con los intereses del mercado, particularmente, el derecho al descanso. Su reconocimiento permite proteger la salud, la seguridad y contribuye a que las personas puedan conciliar vida laboral, personal y familiar. En otras palabras, el descanso permite garantizar la dignidad de los seres humanos.

El debate ha tomado distintas aristas, desde la libertad de culto hasta la eliminación de feriados para transformarlos en vacaciones. No obstante, todas giran en torno a la contradicción entre las libertades, tanto económica como personal. Si las sociedades organizan únicamente sus intereses en función de la economía –y no quiero decir que no sea importante atender a las políticas económicas que conectan con el disfrute de otros derechos y el bienestar de la ciudadanía- las empresas reforzarán esta lógica, profundizando la dependencia de los trabajadores en lugar de protegerlos.

El conflicto puede resolverse legalmente, definiendo si el descanso en feriados no irrenunciables es obligatorio o si constituye un derecho tácito adquirido con el tiempo. Sin embargo, la reflexión tributa a la forma en que se conectan en las sociedades, principalmente las empresas y la economía. Los debates académicos han presentado estudios que analizan los efectos de la relación entre la productividad y el trabajo. Si la productividad continúa en el centro de los condicionamientos humanos, los derechos laborales atentarán contra los intereses de los empresarios y el conflicto continuará.

Abandonar la solución a estos conflictos sociales en el libre acuerdo entre el empleador y los trabajadores y trabajadoras no es más que un espejismo de igualdad que, en el espacio laboral es una ficción incuestionable. El trabajo es esencial para la sociedad, pero no debe supeditarse al mercado. La esencia puede ser una organización social inclusiva que permita colaboración y una convivencia que organice el trabajo en torno a actividades que sean significativas para los seres humanos. Si se piensa de esta forma, quizás en esa ocasión no sea necesario siempre trabajar en días que la sociedad reconoce como festivos, y la paradoja entre los derechos laborales y la libertad se reduciría.

Notas relacionadas







Edición 15 de Revista D: las voces más claras en las horas más inciertas

Edición 15 de Revista D: las voces más claras en las horas más inciertas

Columnas, entrevistas, crónicas, ensayos. Con todas las armas del periodismo y la opinión, la edición 15 de Revista D (que sale el mismo día en que EL DÍNAMO cumple 15 años) viene a ofrecer una lúcida radiografía del Chile que vota este fin de semana, reuniendo voces que piensan el país en profundidad: Felipe Alessandri, Rafael Gumucio, Roberto Ampuero, Patricio Fernández, María José O’Shea, Leonidas Montes, Pablo Halpern, Anne Traub y Matías del Río, entre otros, tratan de guiarnos en un escenario incierto y, a estas alturas, emocionante.

Rodrigo León
La campaña imposible

La campaña imposible

Cuando esta revista salió al ruedo, hace ya siete meses, la batalla presidencial parecía sentenciada a favor de Matthei y Tohá. Pero, como usted habrá notado, con el tiempo las cosas fueron cambiando. Mucho. Tras entrevistar y perfilar en su momento a los ocho candidatos, nuestro columnista analiza cómo se fueron convirtiendo y qué les fue pasando hasta llegar a la meta este fin de semana.

Rafael Gumucio

Zohran Mandami o la revancha del exilio

Zohran Mandami o la revancha del exilio

Mamdani pasó su primera infancia en Uganda y Sudáfrica antes de que su familia se mudara a Manhattan en 1999. Se naturalizó estadounidense en 2018. Su segundo nombre, Kwame, honra a Kwame Nkrumah, quien condujo a Ghana a la independencia en 1957. Nkrumah creía que la verdadera liberación requería justicia económica mediante el socialismo. Esa visión redistributiva reaparece en el discurso de Mamdani.

Foto del Columnista Pablo Halpern Pablo Halpern
Chile, según Ampuero

Chile, según Ampuero

Desde su “jardín de Epicuro” en Olmué, Roberto Ampuero medita sobre nuestro país, política internacional, Dios, las elecciones y la necesidad de un nuevo sueño nacional. Entre árboles generosos y en conversación pausada, el escritor que fue embajador y Canciller nos cuenta que hoy tiene en el silencio de la montaña muchas respuestas que no encontró en el ruido de la ciudad.

Isabel Ossa



Las riendas de la derecha

Las riendas de la derecha

El 85% declara que irá a votar. La mayoría dice que lee noticias y conversa con amigos y familiares sobre política. Y aunque esta efervescencia es habitual en períodos electorales, en esta contienda es más intensa. Pareciera que hay mucho más en juego.

Foto del Columnista Leonidas Montes Leonidas Montes