
La urgente intervención del canciller Alberto van Klaveren solicitaron los funcionarios de la Embajada de Chile en Argentina, tras acusar una “tensión laboral sin parangón en la historia” al interior la misión diplomática que encabeza el embajador José Antonio Viera-Gallo.
De acuerdo con la carta enviada al ministro de Relaciones Exteriores, el motivo del conflicto se debe a un sumario administrativo que está teniendo lugar desde hace más de un año y medio al interior de la legación en Buenos Aires.
En la misiva los funcionarios acusaron que “durante el extenso tiempo transcurrido de investigación -con ya cinco fiscales a cargo- se ha ido desarrollado un pésimo clima laboral, el que ya ha tenido efectos en la salud de las personas“.
En esa línea, aseveraron que “en efecto, al día de hoy, lamentamos que ya dos funcionarios se encuentren con licencia médica producto de esta situación“.
En el texto al que accedió La Tercera, se planteó también que “esta dilación inexplicable en la investigación ha traído como resultado un sentimiento colectivo de temor e inseguridad, como así también de impotencia y preocupación en los funcionarios locales frente a acusaciones infundadas que crean un clima de incertidumbre”.
A quién culpan los funcionarios de la embajada en Argentina de la tensión laboral
Según la misiva, todo lo anterior “se profundiza con una nueva extensión del sumario, dictada por la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Sra. Gloria de la Fuente González, quien aduce, de manera contumaz, nuevas razones para investigaciones complementarias de la causa“.
Para los funcionarios de la Embajada de Chile en Argentina “la responsabilidad principal de este paupérrimo clima laboral se da por la presencia de la PS Catalina Barceló (primera secretaria) quien, junto a su ayudante Enzo Barra, han sido los responsables de la situación de crisis laboral“.
Al ahondar en el tema, apuntaron a “denuncias inconsistentes contra de los Departamentos de Contabilidad, Eventos y el Centro Matta, respecto de actividades realizadas durante el período de la escueta gestión de la ex embajadora Bárbara Figueroa, y siempre en actividades organizadas por la propia señora Barceló“.
Tras aseverar que hace más de un año se dio cuenta de esta situación a la subsecretaria de la cartera y luego de no recibir respuesta, le solicitaron al canciller Van Klaveren su intervención “para la adscripción de la Sra. Barceló y la finalización -en tiempo y forma- de los sumarios en curso en esta Embajada, producto del ataque sistemático y las denuncias sin fundamento de la secretaria Barceló contra los trabajadores de esta Embajada“.