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Juan Urzúa, secretario general del Partido Nacional Libertario: “Chile Vamos no le ha tomado el peso a cuánto se han corrido hacia la izquierda”

En entrevista con EL DÍNAMO, Juan Urzúa adelanta los lineamientos programáticos de la campaña de Johannes Kaiser y explica qué proponen cuando hablan de “achicar el Estado”. Además, rechaza las acusaciones de Chile Vamos de ser responsables de la falta de unidad en la oposición.

Juan Urzua, secretario general del Partido Nacional Libertario
Juan Urzua, secretario general del Partido Nacional Libertario

El Partido Nacional Libertario (PNL) se ha convertido en el fenómeno de la política criolla. Debutó con más de 45 mil militantes y su fundador y presidente, el diputado Johannes Kaiser, figura segundo en la carrera presidencial, según diversos sondeos de opinión. 

Pero administrar el éxito y no flaquear en el camino no es tarea fácil. Sobre todo, en el friccionado escenario que enfrenta la derecha.

Para poder capitalizar los buenos números iniciales, el PNL divide tareas: está el equipo de campaña, el cual lidera el también jefe de la bancada parlamentaria, Cristián Labbé. Y, por el lado del partido, está Juan Urzúa, secretario general de la colectividad.

En entrevista con EL DÍNAMO, Urzúa entrega los lineamientos políticos e ideológicos del partido, cuestiona a Chile Vamos y asegura que el partido trabaja en pos de “trascender a la figura de Johannes Kaiser”.

—¿En qué momento está la campaña de Johannes Kaiser y el partido?

—Tenemos dos grandes áreas. Está el partido y, por otro lado, la organización de los equipos de gobierno. Son dos ámbitos muy importantes en los que estamos trabajando. Johannes, en su calidad de diputado, tiene su equipo aparte que está viendo ese tipo de materias. En materia de equipos de gobierno, tenemos a nuestro vocero, Cristian Labbé, y en materia del Partido Nacional Libertario, en la directiva vamos avanzando. Hay una tremenda cantidad de personas trabajando en diversas áreas para asumir tareas, mentalizados en que vamos a ser gobierno y que vamos a llegar a La Moneda.

—¿Cuándo presentarán el programa de gobierno?

—Eso es materia del equipo de gobierno. Pero puedo decir que no me extrañaría que ya para agosto tengamos algo para exhibir. Porque el trabajo ya está hecho.

—¿Pero me imagino que ya tienen definido los “énfasis” de la campaña?

—Hoy lo decíamos en un punto de prensa que un mensaje central que queremos transmitir a la ciudadanía es que necesitamos achicar el Estado. Las líneas programáticas van destinadas a empezar a cortar los excesos y a conseguir un Estado más pequeño, entender cómo debiera funcionar la política, porque lo que planteamos es un Estado al servicio de la persona, no al revés.

—Escuchando el punto de prensa que menciona, se citaba la frase “Viva la libertad, carajo”, de Milei. Y las propuestas suenan bastante similares a lo que hoy se está implementando en Argentina. ¿Por qué se propone imitar al país vecino si las condiciones de Chile son bastante diferentes?

—Es que no es esa la propuesta. Si uno asume la premisa de que para resolver problemas sociales necesitamos más Estado, independiente de dónde ocurra eso, la idea va a resultar mal. La circunstancia de que en Argentina estén haciendo algo así, simplemente es porque están aplicando ideas que funcionan. 

Las ideas que inspiran el Partido Nacional Libertario son ideas de sentido común que tienen que ver con que nosotros estimamos que debe ser el ciudadano el que deba dirigir su proyecto de vida. Y teniendo en consideración eso como el eje de nuestra acción política, nosotros estimamos que el Estado debe ser cada vez más pequeño.

—Pero las condiciones siguen siendo diferentes, más allá de las ideas que menciona.

—Cuando uno toma el Estado chileno, lo analiza, lo que se encuentra es que el presupuesto que existe anualmente es del orden de 83 mil millones de dólares. Ahí te das cuenta de que hay distintas opiniones de sectores, como por ejemplo el mismo Jorge Quirós, que dice que hay cerca de 18 mil millones de dólares que no es posible evaluar si producen o no producen resultados. Entonces uno naturalmente dice que necesitamos tener un Estado más pequeño, más ordenado.

Si a eso le sumas que sistemáticamente se han ido agregando funcionarios de gobierno, es de sentido común preguntarse si es plausible que hayan practicantes ganando dos millones de pesos o que profesionales que no puedan divisar problemas básicos. ¿No será mejor poder reordenar, achicar, y que toda esa cantidad de plata vuelva a las manos de los ciudadanos?

Para nosotros eso es un criterio importante, porque si bien hay un componente de carácter económico, también hay un componente de carácter ideológico respecto del tamaño del Estado. No se trata solamente de la cuestión económica o de tener cierta aversión al Estado, se trata también de lo que Thomas Sowell llama “los tomadores de decisiones” que están dentro del Estado, que en diversos programas de gobierno empiezan a afectar el proyecto que van desarrollando las propias familias chilenas. Empiezan aplicando criterios que naturalmente pueden estar en contra de esos mismos proyectos, y ahí nosotros creemos que esa cuestión tiene que ser eliminada.

—¿Entonces no es importar ideas de Milei?

Atendiendo a tu pregunta, nosotros estimamos que esto no es importar ideas de Argentina, sino utilizar el sistema de ideas que tenemos en Occidente, que han estado en nuestro país desde hace muchos años.

—Usted dice “acotar ciertos programas”. ¿Cómo se determina qué programas están funcionando? ¿Se hace discrecionalmente?

—No, no, ese trabajo, por ejemplo, hoy mismo lo mencionaba Johannes en este punto de prensa, va a existir una estructura con diversas áreas y con programas específicos en los que vamos a revisar de qué manera se pueden hacer mucho más eficientes las actividades estatales. Pero eso es algo que va a salir más adelante.

—En la presentación del equipo económico de la campaña se decía que van a reducir el impuesto a la renta, medida que beneficiaría principalmente a la población más enriquecida en el país. ¿No es un problema acentuar la desigualdad en consideración de que fue uno de los aspectos que llevaron al estallido social?

—Rechazamos la premisa de que la desigualdad haya ocasionado algo que se denomina estallido social. Rechazo todas las premisas del alcance. Para el Partido Nacional Libertario, la desigualdad no es el problema. El problema es no crecer. Naturalmente todas las personas somos distintas. Cuando uno establece que el problema es la desigualdad, asume como consecuencia lógica que debe haber un ente que debe igualar.

—¿Ustedes no creen que la desigualdad sea un problema?

—Rechazamos totalmente esa premisa. De hecho, si te fijas, en su momento la misma Evelyn Matthei hablaba del tema de la desigualdad, y lo ponía como un punto de diferenciación con nosotros. Entonces nosotros decimos, cuando tú estableces ese criterio de diferencia, estás estableciendo precisamente uno de los elementos fundantes de las ideas de la derecha, de las ideas de la libertad.

Como dice Friedrich Hayek en El Camino de Servidumbre, tú puedes tener criterios mínimos de ayuda a ciertas personas que pueden estar en una situación de necesidad, pero la concepción de esos mínimos están destinados a ser necesariamente temporales y a hacer que la persona no requiera de esa asistencia o ayuda. El eje fundante debe estar desde el punto de vista del crecimiento, no de la desigualdad.

“La derecha tradicional se ha desdibujado”

—Ayer se confirmó que no va a haber primarias en Chile Vamos y Matthei los señaló como uno de los responsables de que no haya unidad en la oposición. ¿Cómo reciben ese emplazamiento?

—Que ellos nos echen la culpa a nosotros es una cuestión que rechazamos. Durante mucho tiempo Johannes Kaiser estuvo llamando a los sectores de Chile Vamos a que no votaran a favor del proyecto de reforma previsional porque implicaba abrir las puertas, aunque sea un poquito, a un criterio de reparto.

El llamado era: no hagan eso, tenemos líneas rojas, defendamos la capitalización individual, el adversario está al frente, no nosotros. ¿Pero qué pasó? No nos escucharon. Nos dijeron que éramos extremistas. Pero cuando uno defiende ideas de sentido común, el concepto de extremismo no cabe. Cuando te das cuenta que tienes a un sector como Chile Vamos, que está sistemáticamente abrazando ideas que son conceptualizadas de izquierda, cuando te dicen que el problema es la desigualdad, cuando te dicen que hay que abrir espacio al reparto aprobando la reforma previsional, simplemente no quisieron escuchar la invitación a que pudiéramos conversar sobre puntos comunes.

Entonces, cuando hay hechos consumados, ahí ellos vienen a decir que quieren unidad. Nos dicen que durante mucho tiempo estuvieron llamando, y eso nunca fue así. Nosotros no tenemos absolutamente nada que ver con las negociaciones que ellos intentaron hacer en su sector para intentar hacer primarias, y no les resultó. El punto es muy simple: hacerse cargo de las decisiones que toman y de las consecuencias que producen en la ciudadanía.

—¿Entonces no hay posibilidad de encuentro con Chile Vamos?

—Nosotros creemos que Chile Vamos no le ha tomado el peso a cuánto se han corrido hacia la izquierda. Uno puede entender que hay que negociar, conversar para poder alcanzar ciertos objetivos, aunar posiciones. Pero esta pulsión de llegar a acuerdos ha desdibujado totalmente a aquello que era considerado la derecha tradicional.

En su momento, la misma Evelyn Matthei hablaba de recuperar el camino de la senda de Jaime Guzmán. Pero parece que nunca leyeron a Jaime Guzmán, que menciona en su libro de los Escritos Personales que cuando tú empiezas a abrazar ideas de izquierda supuestamente para ganar un campo, para ganar mayor popularidad, en realidad lo único que estás haciendo es desdibujarte. Y eso es lo que ellos han hecho, se han desdibujado.

Creo que lo único de derecha tradicional que les debe quedar son los nombres iniciales que tuvieron. Pero cuando no estás defendiendo ideas de derecha, cuando aceptas todas las premisas que se plantean del otro lado, dejas de existir como un sector de derecha. Entonces, por arte de magia, los sectores que estamos planteando las mismas ideas que han permitido florecer a nuestra sociedad simplemente pareciéramos ser los que estamos en un supuesto “extremo”.

—¿Sienten que Chile Vamos los subestimó como movimiento y a Johannes como candidato?

—Si nos hayan subestimado o no, no sabría decir. Yo creo que debe ser esa intención de mantenerse a como dé lugar en la política y la lectura de ellos simplemente no fue la correcta.

—En un momento el FA tuvo la teoría del reemplazo de la Concertación, ¿ustedes apuestan a reemplazar a Chile Vamos como fuerza principal de la derecha?

—Nosotros estamos concentrados en nuestro proyecto político, no queremos reemplazar a nadie. Simplemente queremos tener nuestra clara identidad como un partido de derecha, un partido que defiende el derecho de propiedad, la concepción de la persona como el fin en sí mismo, el Estado siempre al servicio de la persona humana, defender a la ciudadanía frente a la delincuencia, promover cada vez más el cierre de fronteras, defender nuestra soberanía.

Siempre hemos considerado que cuando uno hace negociaciones única y exclusivamente para enquistarse en el poder, pierdes la identidad de sector de derecha y lo único que pasas a ser es un agente político con ansia de poder, en vez de ser un partido que esté al servicio de la ciudadanía para promover determinados valores. Eso es lo que nosotros creemos que se ha perdido. Y si hay reemplazo o no, lo decidirá democráticamente la ciudadanía.

“Nuestras conversaciones con los socialcristianos y Republicanos son solo por un acuerdo parlamentario”

—¿No cree que estos emplazamientos constantes entre las derechas podría dinamitar las posibilidades de la derecha de ganar la presidencial? 

—Lo que tú planteas es como si nosotros estuviéramos buscando una pelea. Nosotros no estamos buscando ninguna pelea. Estamos concentrados en nuestro proyecto. Tenemos una lectura de la realidad política. En esa lectura estimamos que Chile Vamos ha estado errado. ¿Podrían enmendar su camino? Claro que lo podrían enmendar, pero si es que asumen los errores que han cometido.

Nosotros estamos en el plano de la batalla de las ideas, pero los que van a decidir por quién votar lo van a hacer democráticamente en el proceso eleccionario los chilenos. Podemos tener nuestras diferencias, eso está súper claro, pero nosotros no buscamos mayores conflictos, simplemente entendemos que ellos decidieron por otro camino.

—Rojo Edwards, reflotó la idea de las primarias. ¿El tema matemático no es un aspecto que ustedes tengan a la vista para reconsiderar una primaria o eventualmente acordar con Kast que alguien se baje para asegurar que alguien de la “Nueva Derecha” pase a segunda vuelta?

—Las conversaciones que hemos tenido con el Partido Social Cristiano y con el Partido Republicano han estado con la idea de conversar en un acuerdo parlamentario. La presidencial no está dentro de esas conversaciones y será la ciudadanía quien decidirá en primera vuelta quien pase.

—¿Qué viene para el Partido Nacional Libertario? 

—Muy pronto vienen elecciones de directiva nacional, del consejo general, se vienen también elecciones de directivas regionales. Estamos realizando todo ese trabajo en coordinación con las regiones y con las instancias del partido. Queremos tenerlo listo lo antes posible. Notamos mucha motivación de la ciudadanía. Somos un partido que en muy poco tiempo alcanzó un tremendo número de militantes.

—El segundo partido con más militantes en Chile…

—Claro, y nos supera una fusión de partidos. Para nosotros el mensaje es muy importante: la ciudadanía ha respondido afirmativamente a la propuesta de institucionalidad de este partido de derecha, al llamado que ha hecho nuestro presidente Johannes Kaiser de ir avanzando en este partido. Nosotros siempre decimos llegamos para quedarnos. Estamos pensando en el Chile de los próximos 50, 100 años. Por eso te hablo de este Estado cada vez más chico, donde las personas pueden ir teniendo mayor control respecto de sus propios proyectos de vida. Eso estimamos que ha gustado, ha entrado en sintonía con la ciudadanía y por lo mismo, queremos la mayor participación posible.

—¿La elección se va a dar en la línea de ratificar la actual directiva o se podrían presentar distintas listas?

—Se podrían presentar distintas listas para las diferentes elecciones internas. Lo importante es la participación.

— ¿Sería un problema que Kaiser termine siendo como la figura que asuma todo el liderazgo del partido?

—Johannes es el presidente del Partido Nacional Libertario, ha contado con el apoyo de la ciudadanía para eso y claro, está en esta carrera presidencial. En ese trabajo, nuestra pega como directiva ha sido apoyarlo y acompañarlo. Para nosotros esa materia es súper importante y creemos que podemos seguir desarrollándose de aquí en adelante. Obviamente, una vez que sea presidente de la República, ahí tendremos que buscar alternativas.

—Uno nota cierta similitud entre el PDG, el Partido Republicano y el Partido Nacional Libertario, en el sentido en que se conforman en torno a una figura fuerte. ¿Cómo se maneja esa permanente influencia de Kaiser en el partido? 

—Se dan los debates. Siempre nos lo ha dicho Johannes, nos dice acá la disidencia es bienvenida, siempre que sea respetuosa y que esté orientada por los principios del partido. Nuestra pega es trascender a la figura de Johannes Kaiser y es por eso que yo te hablo que nuestra pega está dividida entre gobierno y partido político. Estamos pensando una institución que ayude a pensar Chile para las próximas generaciones. En eso es a lo que estamos concentrados. Y en ese trabajo, nuevamente, tiene un papel muy importante Johannes, pero él también está consciente de que estamos pensando un partido para muchos años más.

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