
Durante la tarde de ayer miércoles, la Sala del Senado, previo acuerdo de los comités, volvió a aplazar la discusión y votación del proyecto de ley que establece una reforma al sistema político e introduce modificaciones al modelo electoral vigente.
“Tenemos que honrar los compromisos”, dijo la senadora Yasna Provoste (DC) aludiendo a que las bancadas de la Cámara Alta acordaron postergar la discusión hasta después de la próxima semana —que será regional en el Senado—, en el contexto de una reunión citada por el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, en que participarán los presidentes de partidos.
El fin de la cita, dicen desde el Congreso, es tratar de llegar a un acuerdo entre el Gobierno y las direcciones de los partidos que haga viable la reforma que hoy levanta dudas transversales.
De hecho, en el Senado se oponen a la iniciativa parlamentaria los comités de la DC, PC, FRVS, FA, PSC y Demócratas. Esto ya que las dos principales medidas que propone el proyecto no generan consenso en el Congreso.
Por una parte, el umbral del 5% es resistido principalmente en la Cámara de Diputados debido a que sólo afecta a diputados y aumenta los requisitos para la elección de independientes. Y, por otra, la norma anti díscolos incomoda a aquellos partidos que se formaron a partir de quiebres internos como Demócratas o el Partido Nacional Libertario que ha reclutados parlamentarios de Chile Vamos y republicanos.
Ante el adverso panorama, que se suma a los ajustados plazos —la reforma debería ver la luz antes de que se inscriban las candidaturas parlamentarias en agosto—, Chile Vamos dio un paso al frente para liderar la reforma.
Las razones de Chile Vamos para acelerar reforma
En Chile Vamos dicen que hay un componente que los ha motivado a bregar para que la reforma al sistema político vea la luz: la solicitud desde el comando de Evelyn Matthei.
El cálculo en el equipo de la abanderada es que al eventualmente ganar la presidencia, no sólo basta tener mayoría en ambas cámaras, lo que se podría lograr con un acuerdo con la alianza de republicanos y nacional-libertarios, sino que también “disciplina” parlamentaria para lograr las reformas profundas que ha comprometido la candidata.
Por lo mismo, Matthei habría expresado a sus cercanos —entre ellos Paulina Núñez y Jorge Alessandri Alessandri que son sus voceros y además presidentes de las comisiones de Constitución del Senado y la Cámara, respectivamente— que, dentro de las posibilidades, la coalición debe jugársela para que la reforma vea la luz.
“La verdad es que 25 partidos, la fragmentación, el debilitamiento, hacen casi imposible gobernar y generar acuerdos (…) Ojalá se pueda lograr una reforma al sistema político”, dijo Matthei en agosto del año pasado.
Otro elemento que motiva a Chile Vamos es que la coalición ha sido una de las más perjudicadas en el actual periodo legislativo por la “rebeldía” parlamentaria: nueve parlamentarios han dejado la alianza para engrosar las filas de otros partidos de oposición.
En este contexto, Núñez (RN) y Alessandri (UDI) comprometieron acelerar —dentro de sus posibilidades y atribuciones que les otorga su cargo— la tramitación de la reforma.
Si bien Núñez ya despachó de la comisión de la Cámara Alta la reforma y ahora sólo queda la discusión en particular en la Sala, la senadora apunta a amarrar los respaldos que ya se expresaron en un inicio cuando se presentó la reforma.
Los comités del PS, PPD, RN, la UDI y Evópoli subscribieron el acuerdo al momento de presentarse la reforma. Pero hoy el PPD ha exhibido grietas.
El senador Pedro Araya, por ejemplo, ha expresado reparos al proyecto y la semana pasada el comité PPD se abstuvo en la votación que permitió que el proyecto se pusiera en tabla.
Esto ha encendido las alertas en los sectores interesados en que la reforma se apruebe, ya que se necesitan 29 votos —al ser reforma constitucional— para que avance a su próximo trámite legislativo en la Cámara.
“No dudo que en el Senado existen los votos necesarios, producto del acuerdo transversal que dio origen al proyecto, y queremos que la iniciativa llegue a la Cámara con ese mismo respaldo institucional”, dijo Nuñez luego de que se aplazara nuevamente la votación.
Por su parte, Alessandri comprometió una rápida tramitación en la Cámara y abordar la reforma “con seriedad, responsabilidad y sin cálculos políticos”, precisando que aún existen espacios para aportar mejoras durante el segundo trámite constitucional.
Y subrayó su confianza en “que quienes inicialmente señalaron que el proyecto no es prioritario puedan conocerlo en profundidad, convencerse y poner a Chile por delante, aportando sus votos para el avance del país”.Esto último, en referencia a la posición que adoptó el presidente de la Cámara, José Miguel Castro (RN) quien aseguró que no era prioridad para él la tramitación de la reforma.