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Harold Mayne-Nicholls: “Carabineros y la PDI están encargados de la seguridad, pero cuando se ven sobrepasados las Fuerzas Armadas pueden intervenir”

El candidato presidencial independiente delinea su programa de gobierno que propone, en lo medular, el uso intensivo de tecnología para combatir el crimen organizado. Asimismo, adelanta los ejes de su propuesta en educación, vivienda y salud. Esta es la primera de una serie de entrevistas de EL DÍNAMO con candidatos sobre sus programas presidenciales.

Harold Mayne-Nicholls, ex presidente de la ANFP y actual aspirante presidencial independiente, se prepara para competir en las elecciones de 2025 con un programa que prioriza la gestión por sobre las reformas legislativas. Desde su perspectiva como independiente, confía en que podrá construir consensos en el Parlamento apelando al bien común del país, pese a no ser respaldado por una coalición o partido político.

En diálogo con EL DÍNAMO, el candidato detalla sus propuestas para enfrentar los principales desafíos nacionales; desde la crisis de seguridad, pasando por el estancamiento educativo, hasta su propuesta en materia económica que apunta a “revisar” la reforma tributaria.

Seguridad: “Todo esto se enfrenta con tecnología

—¿Cómo se imagina un gobierno siendo usted independiente? Una brecha podría decir que no tendría mayoría parlamentaria.

—Lo primero que hay que partir de la base es que todos los que están en el Parlamento, tanto los diputados como los senadores, lo que quieren es el bien de Chile. Yo dudo que alguno no tenga ese como su objetivo principal. Y cuando tú eres una persona independiente que llega a la presidencia y les llevas proyectos al Parlamento, estos proyectos buscan el bien de Chile, no buscan el bien de un sector determinado o de una posición ideológica determinada. Eso se va perfeccionando a través del diálogo y se va construyendo el consenso.

—En un primer tramo, en su eventual gobierno ¿cuáles serían sus prioridades?

—La prioridad principal es la que tiene toda la ciudadanía, que es la seguridad pública y la seguridad ciudadana. Para eso lo primero que hay que hacer es llamar al Ministro de Seguridad y hacerle ver que esto lo tenemos que incrementar a la brevedad. Necesitamos más carabineros en la calle, necesitamos más tecnología para detectar previamente lo que va a pasar, no para después seguirlo porque ya pasó, y necesitamos normas que garanticen a la ciudadanía su plena tranquilidad.

—¿Y cómo se concreta eso?

—En el tema de carabineros. Hoy día hay muchísimo trabajo administrativo que tiene que hacer el personal de Carabineros. Nuestra propuesta es que ese trabajo administrativo lo pasen a hacer ex carabineros o gente que pueda reunir todas las condiciones para realizar este trabajo y así permitir que más carabineros estén en la calle.

—Usted dice más tecnología, ¿a qué se refiere específicamente?

—Voy a dar un ejemplo: en la frontera, la gente circula y entra de manera ilegal. Para detectar esto, hemos dicho que debiéramos tener minas virtuales enterradas, cosa que cuando viene un grupo y pasa por ahí, se enciende una alarma, se levanta un dron, va a ver a esas personas, informa a una patrulla de carabineros o del ejército. Esta herramienta existe, hay que cotizarla, depende de cuántos kilómetros de la frontera quieres ponerlo. Desde Arica a Puerto Montt son más de 3.000 kilómetros.

—Respecto al crimen organizado, ¿tiene un plan específico para combatirlo?

—Eso tiene que ver con inmigración ilegal y a veces legal. Lo que nosotros planteamos es que es necesario detectar quiénes son los que están entrando. No siempre se puede porque vienen sin cédula de identidad, sin pasaporte, sin documento. Tenemos que implementar tecnología de punta que nos permita identificar quién es la persona que está viniendo, por ejemplo tecnología para controles biométricos, para controles dactilares, y que esa tecnología después se cruce con las redes sociales. A través de la inteligencia artificial puedes determinar quién tiene estas huellas dactilares con este perfil biométrico. Así puedes determinar si es un inmigrante que viene a contribuir al país o si trae costumbres que no queremos.

—Usted plantea la problemática de quienes entran a delinquir, ¿pero qué pasa con aquellas estructuras criminales que ya están inmersas en el tejido social?

—Todo esto se enfrenta con tecnología. En los barrios están identificados medianamente todos los que están en estos sectores. Se identifica, se le hace un seguimiento tecnológico, no sólo físico sino también del entorno que los rodea, de las cosas que reciben.

—Y para desbaratar esas bandas, ¿cuál sería el paso siguiente?

—Cuando se llega a descubrirlos, no solo se toma a quienes hacen de cabecillas, se toma a todo lo posible integrante de la red. Pero de nuevo, sin tecnología es todo imposible. Ya no existe lo de antes de que tienen una pista y la siguen, es con tecnología.

—¿Y el secreto bancario no sería, por ejemplo, una vía para enfrentar el crimen organizado?

—Totalmente. Pero eso ya requiere que el Parlamento esté de acuerdo. Lo otro son acciones que el Ministerio de Seguridad puede dar la instrucción de hacerlo, pero el secreto bancario es algo del Legislativo.

—¿Está de acuerdo, entonces, con levantarlo?

—Totalmente. Pero eso ya requiere una ley.

—Otro de los debates de la seguridad es sobre la pertinencia de utilizar a las Fuerzas Armadas para combatir el crimen ¿Usted está de acuerdo? 

—Ahí depende. Yo, en principio, creo que son Carabineros y la PDI los que tienen que darnos la seguridad pública, pero cuando ellos se ven sobrepasados o en lugares estratégicos, evidentemente que cuando ya la policía civil o carabineros no es capaz de controlar lo que está pasando, y viene una posibilidad de que haya un atentado, ahí empieza a dañarse la seguridad nacional y las fuerzas armadas pueden intervenir.

—¿Cómo ve los proyectos en curso sobre el resguardo de infraestructura crítica? ¿Van en una dirección correcta?

—Dadas las características del país y dado que a la fuerza pública la necesitamos dónde está la ciudadanía actuando, yo creo que el resguardo de la infraestructura crítica cuando se ve que puede venir algo de gravedad, tiene que estar presente. En eso creo que tiene que haber presencia de las fuerzas armadas para proteger esto.

—¿Mantendría los estados de excepción vigentes tanto en la zona norte como en la zona sur?

—Mientras en la zona norte siga esta afluencia de inmigrantes ilegales como está, yo creo que hay que mantenerla. Es la única manera de poder hacer el máximo intento de controlarlo. Y exactamente lo mismo en la zona de la Araucanía.

Araucanía: educación, conectividad e infraestructura

—Respecto a la macrozona sur, ¿tiene alguna propuesta específica para abordar esa problemática?

—Nosotros recorrimos la Araucanía desde Curacautín a Puerto Saavedra y nos encontramos con muy mala iluminación y no hay acceso al teléfono celular. Había zonas donde no hay señal. Si queremos proteger a la Araucanía, necesitamos iluminar sus carreteras con luz artificial y necesitamos conectividad satelital para los teléfonos celulares y también para internet. A través de eso vamos a poder poner cámaras que nos permitan detectar los movimientos de los vehículos.

—¿Tomaría las recomendaciones de la comisión para implementarlas en un eventual gobierno?

—Tengo entendido que esas recomendaciones tienen que ir a una votación indígena. Dado eso, yo esperaría esa votación antes de tomar una decisión. Lo que sí me parece es que todo el trabajo que hizo esta comisión es muy valioso. Este tiene que ser el puntapié inicial para empezar a construir la paz y el entendimiento de la Araucanía.

Economía: revisar reformas anteriores

—En cuanto al apartado económico, ¿su programa contempla rebajar la tasa de impuesto corporativo?

—En la parte de los impuestos, eso responde a una reforma tributaria que se hizo hace unos 12 años. Yo creo que ahora lo que corresponde es hacer un análisis serio y absoluto de qué representó esta reforma tributaria para el país. En términos de crecimiento, en términos de mayor disponibilidad de recursos fiscales, qué se hizo con esas inversiones. No se trata de decir vamos a subir o vamos a bajar, tiene que haber un respaldo.

A mí me parece que esta reforma tributaria no ha ayudado justamente a un mayor crecimiento económico, en principio. Pero me gustaría que me entregaran datos concretos, y con esos datos propender a una reformulación o una readecuación de esta reforma para que tengamos el mayor beneficio posible.

—¿En qué aspectos particulares apunta a reformular la legislación vigente?

—Esa reforma se hizo al mismo tiempo que la reforma educacional. Yo creo que ambas hay que entrar a investigar qué resultado han tenido. A mi entender, ninguna de las dos ha permitido un crecimiento en el país. No hemos crecido en lo educacional, no hemos crecido en lo económico. Lo que hay que hacer es que alguien externo, sin ninguna presión ideológica, sea capaz de señalarnos cuál es el camino para retomar el crecimiento en los dos aspectos.

Educación, vivienda y salud

—En lo educacional, ¿cuáles son sus prioridades?

—Cuando nosotros entremos al gobierno en marzo de 2026, va a haber toda una generación de niños entrando a primero básico. Cuando salgamos en marzo de 2030, esos niños van a estar entrando a quinto básico. Lo primero que planteo: esos niños que entraron en primero básico, cuando salgamos, el 90% y ojalá el 100% no solo que saben leer, tienen que ser capaces de comprender lo que leen, tienen que ser capaces de redactar con buena ortografía y buena gramática un resumen de lo que leyeron y exponerlo frente a sus pares.

En segundo lugar, tienen que ser capaces de hacer uso, sin necesidad de calculadora o teléfono, de las cuatro operaciones básicas de matemática. Los niños saben leer, saben escribir, pero todos los índices señalan que nuestros índices de comprensión de lectura no son lo suficientemente buenos.

Hay un segundo tema que me gustaría muchísimo: que estos mismos niños, cuando entran a la edad escolar, sean capaces de hacer actividad física, todos. Hoy día tenemos que el 26,9% de nuestros jóvenes entre 5 y 18 años hacen actividad física. Yo creo que esa cifra tiene que ser superior al 98, 99%.

—¿Cuál es la política de vivienda que propone para subsanar el déficit habitacional?

—Se habla de que casi un millón de personas no tienen una vivienda digna. A la mitad de ellos no tienen nada. Lo que necesitamos es seguir con viviendas dignas, de 52 metros cuadrados, y que ese sea el piso de ahí para arriba. Cuando la vivienda no es digna, una encuesta señala que el 41% de los jóvenes no tiene un espacio en su hogar para poder estudiar. La equidad se nos empieza a disparar.

Vamos a tener que hacerlo ya sea a través de concesiones, a través de un sistema donde el Estado subvencione la primera vivienda de la familia, o a través de proyectos públicos de viviendas sociales, manteniendo siempre el estándar para que haya más espacio y ese espacio sea capaz de usarlo, sobre todo los niños, para un mayor aprendizaje.

—¿Qué cambios propone en salud?

—En la salud hay que hacer un cambio radical cultural. Tenemos que atender toda la lista de espera, pero lo que tenemos que propender es que esa lista no se incremente. Darle más bienestar a la población, más sentido de comunidad, que nos enfermemos menos.

Hay planes en Canadá, en Inglaterra, donde los hospitales, en vez de estar recibiendo pacientes, salen a la comunidad a atender a la comunidad. Ir nosotros hacia allá y no ellos hacia los hospitales. El bienestar de la comunidad nos debiera traer una disminución en nuestros problemas de salud.

Equipo y financiamiento

—¿Cuál es su equipo que lo está respaldando en la elaboración del programa?

—Hay un equipo grande. Davor Harasic nos ayudó mucho en la parte jurídica, en la parte económica Juan Enrique Montes, que es economista, en la parte de seguridad, Eileen Nichols. Gastón Suárez nos ayudó mucho, Ricardo Torres. Hay mucha gente que nos ayudó.

—¿Hay un presupuesto calculado para estas medidas?

—Está calculado el presupuesto. Un crecimiento del PIB entre el 2 y el 2,5% te permite financiarlo. El cálculo que tenemos es de ese orden, que viene a ser más o menos 7 mil y algo millones de dólares.

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