Secciones
Política

La sorpresa de Jara con ME-O, la fallida apuesta de Parisi y un polémico comercial: los entretelones de un tenso primer debate presidencial

Tensiones, confrontaciones, enojos y hasta risas marcaron el tras bambalinas del primer debate presidencial que convocó a los ocho aspirantes a La Moneda.

La extensa jornada de debate presidencial que vivieron este miércoles los ocho aspirantes a La Moneda comenzó a eso de las 19:30, horario en que estaban citados para que uno a uno pudieran posar antes las cámaras y responder preguntas ante la masiva presencia de la prensa.

La primera en llegar fue Jeannette Jara, abanderada de Unidad por Chile, quien arribó a Chilevisión acompañada de Darío Quiroga, su principal asesor; Felipe Muñoz, alcalde de Estación Central; Karina Delfino (PS), alcaldesa de Quinta Normal; Camila Nieto (FA) alcaldesa de Valparaíso y el diputado Raúl Leiva (PS). Estos dos últimos la escoltaron mientras entraba al canal, previo saludo con el director ejecutivo Iñaki Vicente quien recibió a todos los candidatos en la vistosa entrada a los estudios de Paramount. 

En su arribo, la militante comunista aseguró no sentirse preocupada por su eventual enfrentamiento con José Antonio Kast. “Mientras no se trate de mentiras, bots o acusaciones infundadas, no tengo problema”, afirmó Jara en su entrada anticipando la contienda con el abanderado republicano. 

Luego de media hora, empezaron a llegar el resto de candidatos. Kast —luciendo una chapita de “te amo PGU”— junto a su círculo de hierro conformado por Cristián Valenzuela, Arturo Squella y Ruth Hurtado. Evelyn Matthei portando en sus manos el traje que luciría en el debate y acompañada del jefe de su comando Juan Sutil y alcaldes de Chile Vamos. Franco Parisi junto a su hermana Zandra, llegó despotricando contra “fachos y comunachos”. 

El que se robó las miradas fue Marco Enríquez-Ominami (ME-O) además de llegar con su hija Manuela, lo hizo con un grupo de personas a quienes denominó como el “Chile invisible”. Se trataba de una persona con ceguera, otra en silla de ruedas y una en condición de enanismo. Además de una trabajadora de nacionalidad venezolana. 

Luego de responder algunas preguntas, los candidatos se dirigieron a la zona de maquillaje mientras que sus equipos aprovecharon de saludarse entre sí.

Tras bambalinas, los equipos pudieron ver el debate a través de pantallas en espacios separados por acrílicos y con variada comida y bebestibles en la mesa. Eso sí, cada candidato pudo contar con un asesor en el estudio para poder recibir feedback en las dos pausas comerciales que tuvo el debate. 

Los entretelones tras el debate

Los candidatos, antes y después del debate, intentaron dar varias señales. 

Además del distintivo de Kast en alusión a la PGU y el grupo que acompañó a ME-O, llamó la atención la actitud de Eduardo Artés que llegó con el puño derecho en alto cuestionando el formato del debate el cual calificó de “sospechoso”. Johannes Kaiser, en tanto, arribó junto a su esposa Ivette Avaria y con una corbata amarilla (principal color de su partido, el PNL) que tenía inscrita la declaración de independencia de Estados Unidos.

Ya en el debate, hubo dos episodios que, a ojos de los comandos, marcaron el foro. 

El primero se dio apenas inició el debate: la confrontación de Jara con Kast por el tema de las llamadas cuentas bots.

El cruce inició con el republicano exigiendo a la comunista unas disculpas por llamarlo mentiroso. La abanderada del oficialismo, a su vez, lo emplazó a responder si es que estaba vinculado a las cuentas troll que han sido denunciadas por campaña sucia. El enfrentamiento escaló a tal punto que Jara le dijo a Kast: “Tienes que tener los pantalones bien puestos y ser más directo”. 

La confrontación con el republicano, en todo caso, era algo que preveía el comando de Jara. Lo que no estaba considerado fue el factor ME-O, que a ojos de los acompañantes de la militante PC, terminó por perjudicar el desempeño de la candidata. 

Y es que ME-O dirigió sus dardos casi exclusivamente contra Jara. Su exclusión de las primarias, la ausencia de Jara en otros foros, el desempleo y los errores del Gobierno de Gabriel Boric fueron enrostrados por parte del ex Grupo Puebla a quien llamó durante toda la noche “ministra”. 

El enojo de Jara fue evidente, ya que ME-O —quien pudo haber sido un aliado— la atacaba incluso cuando estaba en diálogo con otros candidatos. 

En el comando de Jara, incluso, aseguraron contar cuántas veces ME-O emplazó a Jara, pero que a la séptima u octava ya habían perdido la cuenta. 

La misma candidata, en la conferencia pos debate, hizo referencia a esta especie de todos contra ella —incluso Artés deslizó críticas en su contra— asegurando que al recibir las críticas e interpelaciones de todos sus rivales, el formato no le terminó acomodando. 

La fallida jugada de Parisi

Otro de los momentos que marcó el debate fue la dura interpelación de Franco Parisi (PDG) a Evelyn Matthei. 

El economista, al momento de consultar a Matthei en la ronda de interpelaciones, sacó dos carteles; uno con la imagen de Sebastián Piñera y otra con Augusto Pinochet. Ambas imágenes tenían la palabra “traicionó” escrita en letras blancas. 

Parisi aseguró que la candidata de centro derecha los traicionó a ambos y lanzó: “¿Cuál es la traición que viene ahora?”. 

El emplazamiento no sólo descolocó a Matthei, quien había evitado la confrontación, sino que también a los otros candidatos, equipos y hasta a la producción que había acordado no utilizar ese tipo de elementos en el foro, tal como lo mencionó en vivo Macarena Pizarro, una de las moderadoras del debate. 

Con todo, en el comando de Matthei señalaron que la candidata salió airosa y que logró “exponer” a Parisi. 

En el equipo de Parisi, en tanto, no gustó que el candidato se saliera del libreto. De hecho, algunos integrantes de su comando aseguran que no estaban previstos de que el candidato iba a realizar ese emplazamiento.

Además, en las redes sociales —a las cuales presta especial atención Parisi y su equipo— la jugada del líder del PDG fue especialmente repudiada por adherentes no solo de Matthei, sino también de otros candidatos. 

Así las cosas, en el propio equipo de Parisi fue evaluada negativamente la puesta en escena que no rindió frutos.

Un comercial de pisco y el trasnoche

El debate terminó a eso de las 12:15, pero posteriormente todos los candidatos debieron hacer un último acto ante la prensa en la sala colindante en que esperaban los medios acreditados. 

Ahí los candidatos tuvieron la oportunidad de dar sus descargos, detallar algunos momentos y dar sus impresiones respecto a los propios desempeños. 

Cuando el reloj marcaba las 00:30, Jara entró a la sala no sin antes ser recibida por su equipo con abrazos y sonrisas.

En esa instancia fue que la candidata del PC hizo sus descargos respecto al formato. “Vayan a descansar”, le dijo a los periodistas cuando abandonó la sala. 

Otro momento llamativo fue cuando Matthei se despidió de ME-O. “Chao ME-O, ¡ay! perdón, Marco”, dijo entre risas la candidata para luego comentar con su equipo: “Como todos le dicen así, yo lo hice igual”. 

Pero el momento que se tomó los comentarios tras el debate fue un comercial exhibido en plena tanda de comerciales del debate de un pisco que se promocionaba como “republicano”. 

“Porque yo elijo, republicano”, era la única frase del comercial. 

Para varios de los integrantes de los comandos el comercial era una clara estrategia de Kast para posicionar su marca a través de una “estrategia ilegal” puesto que aún no empieza el periodo de campaña legal. 

Desde la producción de CHV descartaron estar enterados de que se iba a pasar la pieza audiovisual ya que era un tema meramente de marketing. 

Notas relacionadas








Vuélveme a querer

Vuélveme a querer

El extraño caso de Cristian Castro es, finalmente, el de un artista que perdió el centro, vagó por los bordes y regresó sin pedir permiso. No volvió a través de un hit nuevo ni de una estrategia de marketing: lo hizo mediante algo más simple y más raro -una autenticidad torpe, luminosa e irresistible, respaldada por una carrera que, vista desde hoy, nunca dejó de importar.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen