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Jorge Sharp: “La derecha ha comenzado a ponerse en el lugar de que Jeannette Jara sea presidenta”

El ex alcalde de Valparaíso y candidato a diputado por el Distrito 7 analiza en EL DÍNAMO la candidatura presidencial de la exministra del Trabajo, su relación con los partidos oficialistas y los desafíos de la próxima elección parlamentaria.

Jarista pero no oficialista. Esa es la definición política de Jorge Sharp de cara a la elección presidencial de noviembre. Y es que a pesar de su distanciamiento con el oficialismo y el Gobierno de Gabriel Boric, el ex alcalde y aspirante a la Cámara por el Distrito 7 ha sido uno de los líderes de la izquierda independiente que más entusiasmo ha mostrado con la campaña de la militante comunista.

De hecho, una de las cosas que más destaca Sharp de Jeannette Jara, es su acercamiento al mundo independiente y de movimientos sociales, asegurando que este aspecto se ha logrado incluso mejor que en la campaña de Gabriel Boric de 2021. En ese sentido, el ex alcalde sostiene que “el desafío que tiene la campaña es poner en primera línea a muchos más perfiles tipo Rodrigo Goldberg”, ex futbolista sin militancia que se integró al comando esta semana. 

En visitas a la primera vuelta, Sharp se muestra optimista de los resultados que pueda obtener la candidata de la alianza de Gobierno y apuesta por un triunfo en segunda vuelta, pese a que todas las encuestas dan por perdedora en esa instancia a Jara: “Tengo la impresión de que la derecha ha comenzado a ponerse en el lugar de que Jeannette Jara sea presidenta”, dice.

—Te has declarado jarista, pero no oficialista. ¿Cómo conviven esas dos definiciones?

—La convocatoria que realiza Jeannette Jara trasciende a los partidos oficialistas. Ese tipo de convocatoria que ella hace es clave para ganar la presidencia de la República. En las últimas semanas la candidata presidencial ha logrado realizar una convocatoria a la sociedad civil que va más allá de los partidos tradicionales o del sistema de partidos. Me parece que ese es el camino: salir del esquema tradicional de la política y hacer una convocatoria lo más amplia posible.

—Dices que Jara va más allá de las fuerzas actuales que apoyan al Gobierno, pero ella proviene precisamente de esta administración. ¿No ves elementos de continuidad en su candidatura?

—Jeannette Jara, a mi juicio, lo que intenta expresar es la necesidad de una nueva alianza. Es cierto que ella fue parte del gobierno ocupando un rol muy importante como ministra de Estado. Pero también esa nueva alianza está compuesta por partidos y movimientos que, no habiendo sido parte del gobierno, hoy día sí se sienten interpretados por la amplia convocatoria de Jeannette Jara. No solamente partidos, sino también las regiones, el mundo rural, los jóvenes, emprendedores, deportistas, que han visto en ella a una persona con una mirada amplia de lo que requiere el país para su futuro. No me parece ningún caso contradictorio. Todo lo contrario, creo que en esta nueva alianza entre la base oficialista y la incorporación de movimientos sociales y liderazgos que no fueron parte del gobierno está la clave para un nuevo tipo de gobierno para Chile.

—Cuando mencionas el tema de abrazar a los movimientos sociales, uno recuerda a lo que fue la candidatura de Gabriel Boric en 2021, que también intentó incluir a independientes. ¿Qué diferencias ves en el liderazgo de Jeannette Jara al de Gabriel Boric?

—Me parece que la convocatoria hacia el mundo independiente en la elección presidencial de 2021 fue más nítidamente realizada en segunda vuelta que en la primera, por el factor que suponía el triunfo de José Antonio Kast. Hay mucha gente que votó para evitar que Kast se convirtiera en presidente. Creo que en el cuadro actual hay una convocatoria distinta porque la candidatura presidencial de Jeannette Jara parte en primera vuelta haciendo un esfuerzo por mirar a la sociedad ampliamente y en su conjunto. Para eso es muy importante entender que la política no debe estar reducida a la pelea intestina de los partidos, sino en la capacidad de comunicar de forma sencilla cómo un gobierno de Jeannette Jara va a mejorar la vida en aspectos tan sencillos como los salarios, las listas de espera o la seguridad.

—¿En qué basas esa sensación de que el liderazgo de Jeannette Jara es el adecuado para estos tiempos? Hoy las encuestas dicen que la derecha es la que está mejor aspectada para la presidencial 

—Tengo la impresión de que la derecha ha comenzado a ponerse en el lugar de que Jeannette Jara sea presidenta. Y eso lo he comenzado a notar con mucha claridad. Por una serie de razones que quizás no estaban tan claras hace un mes atrás.

—¿Cuáles son esas razones?

—Primero porque Jeannette Jara sigue creciendo en las encuestas y José Antonio Kast está bajando todas las semanas. En segundo lugar, porque creo que Jara logró ordenar las listas parlamentarias en el sentido de que las dos están trabajando, salvo excepciones muy puntuales, por su candidatura—. Y en tercer lugar, por la convocatoria que está haciendo Jeannette Jara hacia sectores que no pertenecen a la red de los partidos políticos tradicionales, sino que representan otras miradas en la sociedad. Eso está ampliando la convocatoria electoral de su candidatura presidencial.

—Mencionas las encuestas, pero si uno ve las mediciones en segunda vuelta, tanto Matthei como José Antonio Kast le sacan del orden de 10 a 15 puntos. Ella también es la candidata que tiene mayor rechazo. 

—Para llegar a segunda vuelta, primero hay que competir en la primera vuelta. La forma en que Jeannette Jara llegue a la segunda vuelta luego de la elección presidencial en primera vuelta va a ser muy distinta a lo que hoy día podríamos imaginar. Si Jeannette Jara llega con un 40%, es bien distinto a que llegue con el 30%. Entonces lo que hagamos en primera vuelta es determinante para llegar a la segunda. Por eso es interesante lo que está haciendo hoy día nuestra candidata en el sentido de ampliar la convocatoria. Es innegable lo que señalan las encuestas, hay mucho trabajo por delante.

—Hacías harta mención al tema de cómo Jara ha logrado adoptar a los movimientos sociales, ampliar la base de apoyo, pero si uno ve a su comando, son personas de los partidos tradicionales: presidentes de partidos, parlamentarios, ex ministros. ¿Cómo se entiende que esté apuntando a expandir su base de apoyo si sus representantes son los aliados de siempre?

—Me parece que el comando de Jeannette Jara evidentemente tiene que contar con la representación de los partidos que la apoyan. Pero creo que el despliegue en el último mes que ella hizo por todo Chile demuestra su voluntad como candidata de poder dialogar incluso más allá de los movimientos sociales, sino que con los chilenos y chilenas de a pie, con cualquier persona que quiera participar en sus actividades sin que ellos tengan que suponer la pertenencia a un movimiento particular o tener un carnet de militancia.

—¿Pero no falta que eso se vea reflejado en los rostros que se ven en la campaña?.

Me parece que el desafío que tiene la campaña es poner en primera línea a muchos más perfiles tipo Rodrigo Goldberg, porque amplían el discurso y la posibilidad de tener una mayoría. Dentro del comando hay personas que están en esa línea, como Darío Quiroga, por ejemplo, que cumple un rol muy importante. Y me parece que incluso los que son parte del comando y que integran los partidos políticos tienen claro que no basta la convocatoria tradicional, sino que se requiere ir a buscar a los que no están, que son la gran mayoría. La línea que se ha comenzado a trazar en esta semana me parece súper auspiciosa.

—Por estos días se ha discutido sobre el retraso del programa, ¿qué  tanto afecta a la campaña aún no disponer por entero de ese insumo?

—El programa principalmente le tiene que hacer sentido a las personas, a las familias cuyos sueldos no van a llegar a fin de mes. Ese es el principal desafío que tiene todo programa, y los partidos y candidatos, todos quienes estamos apoyando la candidatura presidencial, tenemos que asumir eso como un dogma. Me parece bien el entusiasmo, por ejemplo, que da cuenta Francisco Huenchumilla respecto a la necesidad de apurar el programa. Eso habla de que hay una Democracia Cristiana, con Huenchumilla en su cabeza, que está entusiasmada con la candidatura de Jeannette Jara. Lo que sí es evidente es que los problemas que han existido se han decidido superar definitivamente para que nos preocupemos de lo que importa, que es conversar de las ideas que el país requiere para su futuro.

—La candidata transparentó que mantiene una relación tensa con Lautaro Carmona y su propio partido, el PC, definiendo como “falta de fraternidad” la actitud de sus correligionarios. ¿Crees que el Partido Comunista ha estado a la altura de lo que necesita esta candidatura para ganar?

—Primero, un comentario que no viene de la política, sino que más bien viene de la empatía con nuestra candidata: ser candidata presidencial, mujer y perteneciente a un partido como es el Comunista, no es tarea fácil. Y creo que si ella comparte de forma íntima este sentimiento, no es inventado, lo debe sentir. Porque además tiene un ataque brutal, instalando mentiras, instalando calumnias. Comparto lo que dice Jeannette. Ahora, políticamente, te puedo decir que al menos en el Distrito 7, en el que yo soy candidato a diputado, los militantes del Partido Comunista están comprometidos como cualquier otro con la campaña de Jeannette.

—La pregunta y lo que mencionaba Jara tiene que ver con la cúpula, no con la base del partido.

—El país es más importante que cualquier pelea interna de partido. Tenemos que dejar de lado cualquier diferencia, no poner por delante nuestras internas por sobre el futuro del país.

—¿Qué deben mejorar los partidos de cara a la recta final de la campaña?

—Tenemos que dejar de lado cualquier diferencia, no poner por delante nuestras internas o las internas de los partidos y movimientos por sobre el futuro del país. A mi juicio, esta elección presidencial es muy importante, incluso más importante que la elección del 2021. Porque está en juego la posibilidad no solamente del cambio de un gobierno, sino también la de un cambio cultural en el sentido común de millones de chilenos. Está en juego el futuro del Estado de Chile, está en juego el futuro de la economía. Nada es más importante que eso. Nada es más importante que ninguna decisión o resolución de comité central, comisión política o directiva de un partido político.

—Hay candidatos al Parlamento que han evitado tomarse la foto con Jara, ¿a qué le atribuyes esa distancia de algunos sectores de la alianza con su misma candidata?

—Me parece que una de las virtudes que ha tenido la candidatura presidencial de Jara es ordenar las listas que la apoyan en torno a su candidatura. Algo que parecía una tarea difícil, creo que se ha hecho bien. Evidentemente hay excepciones a aquello, pero me parece que el grueso de los candidatos y candidatas estamos con su candidatura presidencial. Yo le diría a esos candidatos, candidatas y partidos lo siguiente, con mucho respeto: ¿Quién está en la mejor posición para poder evitar el triunfo de José Antonio Kast en la elección presidencial? Solo Jeannette Jara. Y cualquier otro supuesto, a mi juicio, es irresponsable pensarlo.

—¿Crees que en la elección parlamentaria el progresismo será castigado debido al desempeño del Gobierno?

—Es un factor que sin duda afecta o impacta de forma distinta a cada lista y a cada partido. Me parece que el gobierno ha tenido puntos bajos, pero la clave en el ciclo político que viene es pensar no en repetir la alianza de partidos ni tampoco el tipo de gobierno que se realizó estos cuatro años, sino que más bien pensar en una nueva alianza y un nuevo tipo de gobierno, en una nueva forma de hacer las cosas, en una nueva política que no le dé la espalda a la realidad del país desde los problemas cotidianos que tienen los chilenos y las chilenas. Me parece que el desafío que tienen las listas y la candidatura presidencial es precisamente mostrar cómo va a ser distinto a lo que fueron los últimos cuatro años. Ahí se juega el resultado de las elecciones.

—En Valparaíso tus principales rivales electorales son del FA. Jaime Bassa, por ejemplo. ¿En qué se diferencia tu propuesta legislativa respecto a ellos?

—El Distrito 7 tiene 12 comunas que tienen problemas tanto comunes como particulares. Hemos constatado en nuestro recorrido que el acceso al empleo, particularmente de los jóvenes, el problema de las listas de espera y la falta de médicos en los consultorios, o los problemas de seguridad que existen en todo el distrito, son las prioridades de la gran mayoría de las familias de clase media y de sectores populares del distrito. Nuestra manera de enfrentar esos problemas está puesta en entender que la política no es un ejercicio de acuerdos partidistas, sino que más bien es un ejercicio que se hace con la comunidad, que se hace desde el territorio, que se hace, como decimos en la campaña, siempre con la gente. Tenemos una propuesta muy innovadora: que el Congreso deje de funcionar a través de bancadas partidarias, y que cada distrito de Chile tenga su bancada, donde todos los diputados del distrito se pongan de acuerdo no por lo que decide la cúpula partidista de Santiago, sino por lo que decide la gente del territorio.

—¿Crees que el Frente Amplio ha perdido esa conexión con el territorio, específicamente en la región de Valparaíso?

—Es algo que tienen que definir en las elecciones que vienen los electores del Distrito 7. No estamos concentrados en hablar de lo que han hecho o no han hecho otras fuerzas políticas. Nuestro objetivo es mantener los cinco diputados y diputadas progresistas y de izquierda para una mayoría parlamentaria para Jeannette Jara. En el caso nuestro, el aporte que nosotros hacemos a esa mayoría es una política basada no en las discusiones de grandes líderes políticos que se manejan en las élites, sino más bien en la política de lo cotidiano, en la política que habla de forma sencilla y que intenta trabajar en el territorio permanentemente con las organizaciones sociales, con los vecinos y vecinas del distrito en los temas que le importan. Nuestra idea es que el Congreso tiene que estar dominado por los intereses ciudadanos. Una bancada distrital, donde los ocho diputados y diputadas del distrito que representan a mundos y movimientos de distinto tipo, se ponen de acuerdo para trabajar con el gobierno de turno.

—Tu lista también incluye a Miguel Ángel Calisto, que es una persona más de oposición, que en su momento iba a apoyar a Evelyn Matthei. ¿Cómo te sienta ir en una lista con él?

—El caso particular que me comentas, nosotros hicimos públicamente nuestra observación respecto a lo complejo que era asumir dicha candidatura. En mi juicio, me parece que la lista regionalista, humanista y social, lo que hace en términos gruesos es muy interesante. De hecho, en mi lista hay varios candidatos que han sido muy interesantes, muy potentes en ese sentido. Y a mí me interesa mucho proyectar eso durante la campaña. Ese es el intento, que seamos un equipo de trabajo, no solo particularidades electorales o figuras electorales, sino que más bien hay un equipo para el distrito. 

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