El programa de Jeannette Jara no termina de cuajar en la Democracia Cristiana (DC). La inclusión del aborto legal en el documento programático generó ruido en la falange que ya notificó que no respaldará la iniciativa ni en este gobierno, ni en uno eventualmente encabezado por la militante comunista.
En entrevista con EL DÍNAMO, el diputado Héctor Barría, jefe de bancada de la DC, aborda estas diferencias y cuestiona el trabajo de los equipos del comando. Desde su visión, algunos sectores “muy snob” han impuesto sus visiones en el programa priorizando temas que “dividen y polarizan”, sin considerar la realidad del Congreso ni la opinión de la mayoría de los chilenos.
En esa línea, el diputado hace un llamado a revisar nuevamente el programa presidencial y entregar una “nueva versión final” que escuche a la DC.
Héctor Barría: “La DC se siente representada en un 75% del programa, pero hay un 25% fundamental que genera entredichos”
—¿La DC se reconoce política e históricamente en el programa de Jeannette Jara?
—Podríamos señalar que en un 75% nos encontramos representados en ese trabajo técnico que aspira a conectar un país donde el progreso, la justicia social y la seguridad también está expresada. Pero hay un 25% que no. Y ese porcentaje para nosotros es fundamental, y no solamente para quienes estamos en política sino para quienes representamos. Hay algunos entredichos que esperemos se puedan superar.
—Partamos por el 75%. ¿En qué aspectos se sienten representados y a qué podrían aportar como DC?
—La parte positiva, sin duda, son los compromisos con la educación, también con las mejoras de los planes de habitabilidad. Son elementos importantes, siempre y cuando en la medida que tengamos más crecimiento económico podamos avanzar en ellos.
—¿Y el 25% en que no se siente representado?
—Tiene que ver con los elementos valóricos que para la comunidad son trascendentes. La primera propuesta constitucional fracasó en gran medida por la inclusión en ese texto constitucional del aborto libre. Y hoy día nuevamente se señala que se continuará discutiendo lo que partió en este actual gobierno, lo cual nos parece desmesurado. Hoy día tenemos un Congreso que, desde el punto de vista de los números y de lo que opinan la mayoría de las chilenas y chilenos, señalan que están en contra del aborto libre. El aborto de las tres causales sí ha tenido de alguna manera aceptación, pero no así el aborto libre. Eso divide, polariza y además, en lo práctico y táctico, no están los votos para aprobar ese tipo de leyes.
—En su momento la candidata dijo que no iba a incluir el tema del aborto, precisamente como un gesto para la DC. Luego aparece el aborto en el programa. ¿Pierde peso la palabra de la candidata al no cumplirle a la DC en este aspecto?
—Mira, a diferencia de algunos, yo tengo la convicción de que esto no responde a ella. Creo que aquí grupos militantes muy snob, muy de élite, con tal de quedar bien con algunas fundaciones y organizaciones internacionales, plantean este tipo de temas y lograron ganar este round. Ahora, también con la tranquilidad que permite este tipo de debates, la candidata se ha comprometido a que va a continuar adelante con la discusión que se está dando en el actual Parlamento. Si esto no llega a ninguna parte, ella no continuaría. Por lo tanto, ella también va a evaluar la situación considerando la bancada que somos, militantes e independientes.

—Ustedes, como Democracia Cristiana, ¿fueron notificados antes de que se lanzara el programa de que esto iba a venir incluido?
—Esto llega a algunos integrantes, pero como bancada no fuimos ni siquiera avisados. Creo que hay un tema de equipo que no está haciendo el trabajo que corresponde con los diversos actores políticos y a quienes representan.
—En el programa también se incluye el sueldo vital de 750.000 pesos, que ha sido cuestionado por su viabilidad por distintos expertos en economía. Incluso Luis Escobar, cuando ingresó al comando, dijo que no era posible. ¿Está de acuerdo con que se comprometa una medida que no es seguro que se pueda cumplir?
—Es una idea que comparto, pero esa es solo una cara de la moneda. Debe complementarse con las utilidades que permite invertir quien genera la mayor cantidad de empleo y el mayor crecimiento económico. Es una promesa que debe ir acompañada de un plan de crecimiento, y ahí creo que en el programa faltan cosas.
—¿Qué cosas?
—El mundo rural debería estar representado como corresponde. Lamentablemente se trata al agricultor con mucho paternalismo. Tiene que haber un camino para que no vendan sus campos, campos utilizables para la agricultura. Debe haber compromisos firmes: recuperación de praderas, de suelos degradados, subsidios de apoyo a la agricultura familiar. Chile depende de los alimentos de los agricultores chilenos y eso no se pone solo en la mesa. En la pandemia se vio: el campo ayudó a que las ciudades pudieran tener alimentos. Tiene que ver también con un concepto de soberanía.
—Tampoco se incluye en el programa una condena explícita a las dictaduras latinoamericanas, ¿Extrañó una definición más concreta al respecto?
—Hay que dejar a la candidata que ejerza el liderazgo. Simplemente, así como en la derecha hay un ala autoritaria, acá en nuestro sector también aparece gente que sujeta a la candidata y no la dejan volar con alas propias. Cuando ella logra autonomía, le va bien en la aceptación ciudadana. Cuando aparece esta voz que la oculta, no logra conectar.
—¿Y cuál sería el interés de quienes suscriben a la candidatura pero no aportan a la campaña?
—Queremos que no llegue la ultraderecha al poder, pero parece que algunos prefieren que gane la ultraderecha para vivir en un país de confrontación. Les interesa poco el bien común y el progreso de la familia chilena. De mi parte, queremos un gobierno progresista para que a Chile le vaya bien, y no que llegue la ultraderecha recurriendo a crisis bastante viejas de conflicto para llegar al poder. Creo que esta estrategia quedó pasada de moda, pero aparece lamentablemente cada cierto tiempo.
“Algunos pretenden que la candidata sólo represente un nicho porque están más preocupados de las parlamentarias que de la presidencia”
—Más allá del programa, ¿se siente cómoda la DC con el rumbo de la campaña?
—Es una opinión que debería dar la directiva de la DC, pero creo que de parte del comando y los equipos tienden a encapsular, tienden a mostrarle una realidad parcial (a la candidata) cuando aquí debiéramos ser todas y todos incorporados en el debate, en la discusión, en el análisis, en la conversación. Creo que hay que abrir más el diálogo.
—¿Está encapsulada la candidata dice?
—Exacto.
—¿Los problemas de la candidatura están en los equipos que están conformados en el comando?
—Considero que sí. La verdad es que hay resultados, hay muestras de que aquí tenemos cierta coaptación de ciertos sectores. Creo que a eso se debe la polémica del programa. No hubo ninguna explicación, conversación previa. Tomaron la decisión. Creo que falta diálogo. Pero reitero, como DC, decimos que Jara debe ejercer su liderazgo. Todo candidato que logró ser presidente de la República tuvo esa capacidad. Los partidos, la política, son un elemento más, pero eso se suma a la cultura, a la capacidad de liderazgo. Aylwin logró aquello, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet también. Pero algunos pretenden que la candidata sólo represente un nicho porque están más preocupados de las parlamentarias que de la presidencia. A nosotros nos interesa que tengamos triunfo en ambos poderes del Estado.

—Para la DC, ¿cuál es la prioridad? ¿La presidencial o la parlamentaria?
—Interesan ambas. La verdad es que necesitamos un parlamento que pueda desarrollar su labor fiscalizadora, pero también donde podamos ser escuchados con respecto a las prioridades de nuestros distritos: una política nacional de agua potable, de agua potable rural, que tengamos más fuerza para la pequeña agricultura, que hablemos de una seguridad integral. Y por supuesto, la prioridad en seguridad desde el punto de vista del barrio, pero también poner atención en la mejora de la educación pública, que también forma parte de una seguridad integral.
—¿Y eso no lo ve bien plasmado en el programa?
—Esperamos que esto se pueda revisar o tener una nueva versión del programa en la que podamos ser verdaderamente escuchados. En el Congreso nos escuchamos, nos miramos, pero hay pocos puentes.
—Muchos de los alcaldes de la DC no han mostrado interés en la campaña. Incluso el alcalde Coyhaique, Carlos Gatica, ha dado señales a favor de Matthei. ¿Está desencantado el militante de la DC con esta campaña?
—No existió un buen comportamiento de algunas fuerzas del gobierno en las últimas municipales. No cumplieron los pactos, no cumplieron con los plazos. Eso provoca desconfianza. Es como el cuento de Pedro y el Lobo: la candidata da confianza, pero algunos de los equipos que están ahí, la verdad, dejan mucho que desear.
—¿Usted cree que el votante histórico de la DC va a votar por Jara?
—Yo creo que una gran mayoría estará con nosotros. Una gran mayoría. Pero con eso no se gana la presidencia. Tenemos que ser capaces de ir más allá, como ha ocurrido en el pasado. No es exitoso para nosotros ni para nadie que llegue la ultraderecha. Y es lo que debemos evitar desde esta parte del espectro político.