Todos tienen claro que consumir alcohol en exceso generará una resaca de aquellas, pero si lo haces con vino blanco las consecuencias pueden ser mucho peor que con cerveza o la popular piscola.
Cientificos advirtieron que este tradicional brebaje puede producir no solo dolores de cabeza punzantes y náuseas, como es de costumbre con un alto consumo, sino que también la mal denominada hangxiety.
Se trata de una combinación de resaca y ansiedad, la cual se verá reflejada en un alto sentimiento de culpa, autoreproche, inquietud, dificultad para dormir y cuestionamiento a los actos cometidos la noche anterior.
Un estudio publicado en 2019 por el National Center of Biotechnology Information, consignó que “la ansiedad durante una resaca afecta a aproximadamente el 12% de las personas y puede variar en gravedad según cada una”.
Dentro de la explicación que existe a esto es que el vino tiene mayor graduación alcohólica (entre 10% y 13%) en comparación con la cerveza (entre 3% y 7%), por ejemplo. Además, a diferencia del tinto, el blanco incluye mucho más azúcar, lo que aumenta las consecuencias negativas de su alto consumo.
El psicoterapeuta británico Nick Davies explicó a RT que “cuanto más fuerte es el alcohol, más rápido y más fuerte se suprime la autocrítica, lo que a menudo conduce a comportamientos y comunicaciones que pueden avergonzarnos cuando estamos sobrios”.
Pero Roger Corder, profesor de terapéutica experimental en Barts y Escuela de Medicina de Londres. planteó que la autocrítica a los actos cometidos en una fiesta ocurre debido al alto consumo de alcohol.
Para aliviar la hangxiety, Karen Tyrell, directora ejecutiva de la organización Drink Aware, recomienda hidratarse, tomar paracetamol y descansar para, por lo menos, aliviar las consecuencias físicas de la resaca.