A pocos días de la elección presidencial más incierta en décadas, Revista D lanza su edición número 15, una entrega atravesada por el clima electoral, las lecturas del poder y la introspección sobre lo que Chile fue y lo que está por venir. En su estilo —que combina análisis político, entrevistas, reflexión cultural y crónica— la revista ofrece una mirada coral a un país que vota, recuerda y debate su destino.
En su editorial, Felipe Bianchi confiesa que nunca había sentido tanto interés ciudadano por unas elecciones. “Más que en cualquiera de las últimas… Hoy los chilenos tenemos menos miedo a opinar”, escribe. Y añade una advertencia cargada de ironía: “Puede que estemos más desatados, controversiales y hasta violentos, pero no hay nada más sano que saber claramente a quién tienes al frente”.
Desde esa observación del ánimo nacional, Revista D despliega un número que conversa con la calle, con la historia y con la política contemporánea, invitando a pensar el país más allá de las consignas.
En Esto es lo que va a pasar, Matías del Río ironiza sobre la ansiedad colectiva de un país que todo lo apuesta a la encuesta y al voto táctico: “Estamos frente a una de las elecciones más insondables que hayamos vivido. O sufrido. Atentos los guionistas de Netflix”.
María José O’Shea revisita al gobierno de Gabriel Boric desde la ilusión a la fatiga: “Un gobierno que asumió con todos los bríos juveniles, pero claramente envejeció rápido. Y mal”. Su columna, La vejez de la juventud, repasa los hitos de la administración, los quiebres con su propio ideario y una frase que envejeció bien: aquella con que Piñera le advirtió a su sucesor que otra cosa era con guitarra.
El director de CEP, Leonidas Montes, en Las riendas de la derecha, muestra un sector en metamorfosis: “La derecha sube significativamente a un 24% de identificación, la cifra más alta en toda la serie CEP”, escribe, advirtiendo que “si se hubiera presentado unida, habría arrasado”.
Y Rafael Gumucio, en su crónica La campaña imposible, ofrece un retrato ácido de los candidatos y de la fatiga democrática: “El exceso de democracia —o la democracia vivida como exceso— produce hastío, desconfianza y cinismo”.
Felipe Alessandri: “Hay que ser generosos y dejar los egos de lado”
La conversación con Felipe Alessandri, alcalde de Lo Barnechea y ex alcalde de Santiago, es un llamado a su sector a construir un frente común tras la primera vuelta. “La carrera no está ganada. Hay que ser súper claros”, dice, alertando sobre el riesgo de dispersión en la derecha.
En tono directo, pide un acuerdo estratégico: “Si hubiésemos ido unidos desde Parisi hasta Kaiser, ganábamos en primera vuelta… pero había que dejar los egos de lado y pensar en el proyecto país”. En conversación con la periodista Claudia Guzmán enfatiza: “Ahora hay que ser generosos. Primero está Chile. Segundo están las coaliciones y los partidos políticos. Y los egos, muy al final”. Y anticipa su rol en lo que viene: “Pondré todo mi peso político detrás de quien pueda ganarle al comunismo”.
Patricio Fernández, por su parte, realiza en una Breve historia de la violencia en América Latina un recorrido inquietante por los ciclos de violencia política, criminal y estatal en nuestro continente, desde las dictaduras del siglo XX hasta los operativos policiales recientes. Su tesis central es que “aquí la violencia no es una excepción, sino una costumbre que se hereda”. Nuestro columnista sostiene que cada país tiene su propio relato justificatorio —el “enemigo interno” en el Cono Sur, el “narcotráfico” en México, la “seguridad pública” en Brasil—, pero en todos opera una misma lógica: “una cultura de la impunidad que se disfraza de orden”. Y sentencia: “Cuando la palabra seguridad se vuelve un fetiche, la justicia retrocede y el miedo gobierna”.
En la parte final, Fernández conecta la historia con la actualidad chilena, advirtiendo sobre el riesgo de repetir los mismos patrones autoritarios bajo nuevas formas: “La violencia que ayer se justificaba por razones ideológicas, hoy se justifica por razones de seguridad. Cambian las palabras, no los métodos”.
Roberto Ampuero y el pecado de la Transición
Desde su retiro en Olmué, el escritor y ex canciller Roberto Ampuero también analiza el malestar nacional: “El gran pecado de la transición fue el descuido de la educación pública… no tenemos formación en historia, humanidades ni pensamiento crítico, entonces caemos en el juego de dejarnos tentar por los candidatos que ofrecen la solución más rápida”, dice. Y agrega: “Esa falta de educación es lo que no nos permite discernir entre lo que es populista y lo que es realista”.
Dedicado a observar el cielo, cultivar su jardín y escribir sus memorias, le dice a la periodista Isabel Ossa: “No tenemos una identidad sólida ni firme. Hay una deuda en la formación y en el asentamiento de nuestra identidad. Todos los países necesitan un sueño, un proyecto común que una a sus ciudadanos”.
La politóloga y gestora Anne Traub, entrevistada por Gabriela Villalobos, refuerza esa necesidad de construir desde la base. “La educación inicial no es un lujo ni un gasto: es una inversión en igualdad”, señala.
Arte, ciudad y futuro
En la crónica ¿Quién salva al Mercado de Viña?, la periodista Leo Marcazzolo recorre la historia, presente y futuro de Mercado Municipal de Viña del Mar, cerrado desde 2010: todo un símbolo del abandono patrimonial y urbano.
El físico israelí Roee Ozeri, referente mundial en computación cuántica, explica al periodista Patricio Torres los avances del Instituto Weizmann y reflexiona sobre el futuro de la ciencia: “El desafío no es solo construir computadoras más rápidas, sino entender mejor la realidad que habitan.”
La edición 15 de Revista D se completa con Pablo Halpern perfilando a Zohran Mamdani o la revancha del exilio, y compartiendo la increíble historia del nuevo alcalde socialista de Nueva York.
Un laberinto cuidadosamente diseñado, es la columna de Ernesto Ayala sobre El buen soldado, novela publicada por primera vez en 1915 por el inglés Ford Madox Ford; y en Entre trópico y cordillera, la decana de Arquitectura de la UGM, Jeannette Plaut, escribe sobre la cooperación cultural Brasil y Chile.
Finalmente, la siempre deliciosa crónica gastronómica de Juan Diego Santa Cruz, Igual mañana hay que cocinar, recuerda que una elección presidencial también puede causar indigestión.
La portada, como siempre, es una ilustración de Manuel Santelices realizada en tinta y acrílico sobre metal y simboliza el espíritu de esta edición: un país que se congrega en torno a las definiciones colectivas.
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