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La peligrosa razón de por qué los atardeceres chilenos son tan deslumbrantes

Los atardeceres se producen cuando el sol se pone por debajo del horizonte, haciendo que su luz atraviese una mayor cantidad de atmósfera.

El particular color de los atardeceres en Santiago ha sido alabado por extranjeros y nacionales al ver los tonos rojizos, rosas, anaranjados o violetas que cubren los cielos.

El creador de contenido mexicano Patricio Ramírez subió a su canal de TikTok un video donde se mostraba asombrado por la intensidad de colores en el cielo en el norte del país. “Qué es esto, no mames”, acotó.

Incluso para los Juegos Panamericanos Santiago 2023 los atletas posteaban y hacían viral este fenómeno natural con reacciones que la calificaban de otro mundo.

Los atardeceres se producen cuando el sol se pone por debajo del horizonte, haciendo que su luz atraviese una mayor cantidad de atmósfera. Esto provoca que la luz azul, que se dispersa más fácilmente, se aleje, mientras que los colores rojos y anaranjados, que se dispersan menos, predominan, tiñendo el cielo.

¿Por qué los atardeceres tienen esos colores en Chile?

Sin embargo, no todo es tan precioso como parece, ya que según reveló Raúl Cordero, climatólogo, académico del Departamento de Física de la Usach e integrante del Grupo de Investigación Antártica, la contaminación tiene un papel clave en los cielos rojizos, violetas o anaranjados.

“La contaminación afecta la forma en que percibimos los colores del atardecer. Esas partículas (como aerosoles, hollín, polvo, smog) dispersan la luz intensificando los colores cálidos (rojizos, naranjas)”, indicó a Diario Usach.

El profesional comentó que “la principal fuente de contaminación en grandes ciudades como Santiago son los vehículos, también conocidos como fuentes móviles, mientras que en el sur de Chile la fuente de contaminación más abundante es el uso de leña para calefacción”.

El climatólogo profundizó sobre la variedad de colores y por qué en ocasiones son rosados, rojos o más opacos. “En días con contaminación baja, los atardeceres tienden a ser más nítidos y contrastados, con colores más puros: rojos, naranjas intensos. En días con contaminación moderada, las tonalidades pueden volverse más saturados o incluso tener tonos rosados o púrpura. Si la contaminación es muy alta, los colores pueden volverse opacos, marrones o grisáceos, y el sol puede parecer una mancha difusa”, sostuvo.

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