El fin del CAE... ¿O el comienzo de algo peor?
El proyecto arrastra el mismo defecto que la gratuidad: asfixia financieramente a las instituciones de educación superior. Los aranceles regulados están fijados por debajo del costo real de los programas y la restricción del crecimiento de matrícula ha dejado a muchas universidades al borde del estrés financiero. Con el FES, este esquema se extiende a todos los deciles, incrementando el déficit institucional y amenazando gravemente la autonomía universitaria.
Barbara Bayolo