Otro día en Ñuñoa
Los niños del Francisco Encina, no cantaron desde la nostalgia ni desde la obligación moral del homenaje tardío. Lo suyo fue mucho más puro y poderoso: chicos nacidos en un siglo en que la música se consume por segundos, y que, sin embargo, se tomaron el tiempo de entender una melodía triste, una letra incómoda y a un autor que hoy tiene 74 años de edad.
Mauricio Jurgensen