
Una arteria crucial para el comercio global del petróleo. Así se podría describir el Estrecho de Ormuz, un angosto paso marítimo entre Omán e Irán que conecta el Golfo Pérsico con el Mar Arábigo y donde en promedio transitan 21 millones barriles diarios. Esto se traduce en alrededor del 30% del crudo mundial anualmente.
Por lo mismo, la amenaza de Irán de cerrar el paso por los ataques israelíes activó las alarmas a nivel mundial, agitando mercados y elevando temores por una crisis energética mundial. El estrecho “incluye producción proveniente de Arabia Saudita, Irak, Kuwait, Irán, entre otros países petroleros del Medio Oriente. Y no solo petróleo, también transporta cerca del 20% del gas natural licuado“, explica a EL DÍNAMO Juan Ortiz, economista sénior del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) UDP.
En ese sentido, el precio del crudo ya se ha disparado debido al aumento de la tensión geopolítica. “Ante un eventual cierre producto del conflicto bélico en medio oriente el impacto sería significativo, presionando al alza el precio del petróleo en el mercado internacional”, indica Ortiz. Actualmente el barril del Brent bordea los US$ 75, pero “podría escalar por sobre los US$ 100“.
El banco Goldman Sachs incluso advirtió que el Brent podría llegar a los US$120.
“Otro de los efectos sería el alza del precio del gas natural licuado, sumado a mayores costos en el transporte marítimo asociado a mayores costos por seguros, producto de la incertidumbre que esta situación tendría en el comercio por dicha zona”, detalló el economista.
El impacto del Estrecho de Ormuz en Chile
Chile, al estar inserto en el mercado global, no es ajeno a lo que pueda suceder con el Estrecho de Ormuz. “El impacto directo sería un alza del precio del petróleo, lo cual incide en el costo de los bienes energéticos, tanto como las gasolinas, el diésel y la parafina. Así mismo aumentaría el costo del petróleo para la industria petroquímica. Todos estos factores tendrían incidencia al alza en el IPC“, explica Ortiz sobre los efectos más inmediatos.
“En definitiva sería un shock negativo de oferta”, agrega el experto del OCEC-UDP. “De igual forma se esperaría una fuerte depreciación del peso y caída del precio de otras materias primas“.
Al anunciar su decisión de mantener la tasa de interés en 5%, el consejo del Banco Central dedicó parte de su análisis sobre los efectos del conflicto entre Israel e Irán.
Sobre medidas para enfrentar la crisis, Ortiz asegura que hay algunas medidas que se pueden llevar a cabo: “Como en el pasado, al inicio del conflicto de Rusia y Ucrania, el Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles contendría y suavizaría el alza de los combustibles, mientras que es esperable la operación del Fondo de Estabilización del Precio de Combustibles para reducir el alza del precio de la parafina”.
Sin embargo, “sería un shock negativo de costos que tendrían efectos inflacionarios y en la trayectoria de la Tasa Política Monetaria”. Asimismo, el economista sénior del OCEC-UDP concluye que, al ser “un escenario volátil, los impactos en el corto plazo dependerá crucialmente del desarrollo del conflicto”.