Las proyecciones del Banco Central implican que a fines de 2026 la inflación esté cerca de la meta fiscal del 3%. Desde el peak registrado en la pandemia, del orden de 14%, el regreso a la normalidad ha sido lento. Y de acuerdo con la última información del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) no logramos despegarnos del 4%.
En septiembre la inflación escaló a 4.4%, lo que repercute en los presupuestos familiares. Un sondeo realizado por DefensaDeudores.cl a 1.049 personas, señaló que casi el 60% de las familias encuestadas ha debido ajustar su esquema de gastos debido a los mayores precios.
“Esa presión inflacionaria se ha traducido en un cambio directo de comportamiento: el 63,8% de los encuestados reconoció haber reducido mucho sus gastos, mientras que 26,7% hizo ajustes moderados. Solo 0,8% mantiene su nivel de consumo, y 2,3% incluso gasta más que antes”, explican.
Los recortes se concentran principalmente en alimentación y supermercado (55,8%), vestuario y artículos personales (56,7%), entretenimiento (47,3%) y transporte y combustible (25,12%), categorías básicas donde los consumidores han debido optar por segundas marcas, buscar ofertas o simplemente dejar de comprar.
“La inflación ha obligado a las familias a reorganizar completamente su presupuesto. Hoy se gasta menos, se busca el precio más bajo, y se prioriza lo esencial”, explicó Ricardo Ibáñez, abogado y fundador de DefensaDeudores.cl.
El estudio también muestra que este escenario inflacionario se combina con otros factores que profundizan la crisis familiar: el endeudamiento previo (46,9%), la reducción de ingresos laborales (31,7%) y las emergencias familiares o de salud (23,8%). De hecho, uno de cada 5 encuestados (20,6%) afirma que sus ingresos han caído más de un 40% respecto al año pasado, mientras que solo un 10,5% dice haber mejorado su situación.
Ajustarse en cinturón
Para hacer frente a este panorama, el 84,3% de los consultados dice haber optado por reducir gastos y priorizar lo básico, seguido por quienes postergaron proyectos personales o familiares (38,3%) y quienes buscaron nuevas fuentes de ingreso (29,7%).
“Estamos viendo cómo el endeudamiento se transforma en un mecanismo de resistencia ante la inflación. Una de cada diez personas ha tenido que recurrir a más créditos o deudas para poder cubrir necesidades básicas. Es una señal de agotamiento financiero en los hogares”, advierte Ibáñez.
El sondeo refleja que la inflación ya no es un fenómeno económico abstracto, sino una realidad cotidiana que está redefiniendo el modo de vida de millones de chilenos, quienes enfrentan este 2025 con el cinturón más ajustado que nunca.