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Julio Ponce Lerou se retira de SQM: el fin de una era marcada por polémicas y rol estratégico con el Estado

El alejamiento llega de la mano de una reestructuración de las sociedades en las que participa el empresario informadas a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

En noviembre cumplirá 79 años. Julio Ponce Lerou es sinónimo de SQM. El empresario se despide de la compañía —hoy socia estratégica del Estado en el negocio del litio— tras anunciar que dejará su representación en la firma en manos de su hija, Francisca Ponce Pinochet.

El alejamiento llega de la mano de una reestructuración de las sociedades en las que participa el empresario informadas a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

El adiós de Julio Ponce Lerou a SQM

“La compañía que hoy dejo ha sido la razón más importante de mi actuar empresarial y —como lo demuestra mi conducta inalterable— siempre puse, pongo y pondré como primera prioridad el bien de esta y el de todos sus trabajadores”, manifestó Ponce Lerou esta mañana en una declaración pública.

Ponce agregó que la decisión “se enmarca en un proceso de consolidación y proyección de uno de los grupos industriales más importantes del país, el cual fundé y desarrollé junto a mi familia y a un invaluable grupo de ejecutivos y colaboradores; beneficiando no solo a quienes hemos sido parte de esta tarea, sino también contribuyendo al bienestar de miles de personas, familias, comunidades y al desarrollo de nuestro país”.

La salida de Julio Ponce de la minera no metálica marca el fin de una era que comenzó cuando fundó la empresa junto a su familia, en un contexto con un trasfondo político relevante.

Su carrera partió en los años setenta, cuando, junto a su entonces esposa Jacqueline Pinochet —hija de Augusto Pinochet—, partió a trabajar a Centroamérica. Allí se especializó en la gerencia de empresas madereras.

Trabajó en Canadá como obrero forestal y en Chile tuvo pasos por Inforsa y CMPC. En plena época de la Reforma Agraria, estuvo al mando de Conaf y luego pasó a la Corfo. Entonces, su perfil se diversificó al presidir firmas estatales de distintos rubros.

El regreso a la democracia coincidió con el fortalecimiento de Ponce en el sector privado y en SQM, que en 1983 había iniciado su proceso de privatización. La compañía, dedicada al yodo y al salitre, entonces solo generaba pérdidas y enfrentaba un periodo extremadamente complejo.

El empresario arribó a la firma junto a su hombre de confianza, Patricio Contesse, y su hermano Eugenio. Bajo su potestad, contaban con un activo invaluable: los yacimientos de litio.

En 1993, el salto hacia un negocio prometedor se concretó con la explotación del Salar de Atacama, lo que ha mantenido a la empresa en la cúspide del rubro hasta hoy. Su más reciente hito: el acuerdo con la estatal Codelco para continuar explotando el mineral.

Las Cascadas

Ponce, protagonista de biografías, libros y extensos reportajes, vivió años turbulentos cuando en 2013 estalló el Caso Cascadas. Entonces, la Superintendencia de Valores y Seguros (hoy CMF) le formuló cargos por infracciones a la Ley de Valores.

El caso se sustentó en una serie de irregularidades por ejercer el control indirecto de SQM a través de sociedades relacionadas. La situación fue denunciada por accionistas minoritarios de la empresa, quienes acusaron perjuicios y provocó largos procesos judiciales.

“La historia de este esfuerzo, y la mía, han estado inundadas de mitos, críticas y polémicas, que sin embargo han terminado por ceder frente a la evidencia de los hechos, los resultados y la magnitud de lo logrado”, afirmó Ponce en su declaración.

Las platas políticas

El capítulo más polémico de Julio Ponce Lerou está vinculado al financiamiento irregular de la política. Cuando comenzó la investigación del Caso Penta, una de sus derivadas sacó a la luz la arista de SQM.

La lista de políticos involucrados fue amplia y transversal. Incluyó a La Moneda, a Sebastián Piñera, a los ex ministros de Bachelet Alberto Arenas y Rodrigo Peñailillo, al Ministerio Público (acusado de presiones para minimizar el caso) y a más de 180 imputados.

El caso fue perdiendo visibilidad mediática, aunque —como consignó Biobío—, después de una década, el pasado lunes se iniciaron los alegatos por procesos pendientes. El objetivo es definir la situación de ocho involucrados, entre ellos Marco Enríquez-Ominami, el ex ministro Pablo Longueira y el ex gerente general de SQM, Patricio Contesse.

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