Secciones
Negocios

Hasta 60% más de grasa y 30% más de sal: las graves acusaciones en demanda colectiva por falsa venta de jurel

La Conadecus está trabajando con el abogado Ciro Colombara. Piden millonarias multas para las empresas.

La Corporación Nacional de Consumidores (Conadecus) presentó una demanda colectiva contra una serie de marcas de jurel, que comercializaron el producto bajo esa denominación, pero que en realidad estaban vendiendo mezclas entre sardina española y caballa.

Pese a que tanto la caballa como el jurel son pescados azules ricos en Omega 3, la acción judicial apunta a la información errónea sobre el contenido de los envases y a la relevancia de este alimento en la dieta chilena: 12.000 establecimientos educacionales en todo el territorio nacional entregan al menos una frecuencia mensual de jurel en conserva en los almuerzos de niños, niñas y jóvenes.

“Esta masividad demuestra que la afectación por la comercialización de productos adulterados no se restringe a un grupo reducido, sino que alcanza de manera directa a un universo amplio y hasta masivo de personas afectadas”, indica la demanda colectiva a la que accedió EL DÍNAMO.

De acuerdo con Conadecus, no declarar adecuadamente qué se está comprando bajo el nombre de jurel ha inducido a error a millones de consumidores que confiaron en la autenticidad del rotulado y la publicidad, incumpliendo deberes básicos de información veraz, rotulación correcta y comunicación comercial responsable, previstos tanto en la Ley de Protección de los Derechos de los Consumidores como en el Reglamento Sanitario de los Alimentos.

Más sal y más grasa de lo declarado

Las marcas sindicadas en la demanda son Coliseo, Acuenta, Unimarc, Barquito y Novamar. Lo que Conadecus califica como “alarmante” es que el contenido de sodio y grasa de varios de los productos analizados por el Laboratorio 5M —que también examinó las marcas Único y San José— indica que “no solo comercializan especies distintas al jurel bajo esa denominación, configurando un fraude alimentario, sino que además presentan graves discrepancias nutricionales en parámetros esenciales como sodio, grasa y proteína”.

De acuerdo con la demanda, las diferencias detectadas entre lo declarado en la información nutricional y el contenido real de las conservas resultan graves y potencialmente peligrosas para la salud de los consumidores, especialmente para personas hipertensas.

La acción solicita aplicar una multa de 6.600 UTM —unos $454 millones— a cada empresa, por varias infracciones.

Resultados por marca

Para la marca Barquito, el análisis demostró que la especie contenida en las latas no era jurel (Trachurus murphyi), sino caballa. Además de esta sustitución de especie, el informe constató una diferencia especialmente grave en el contenido de grasa y sodio.

“Mientras en la etiqueta se informaba 7,0 g de grasa y 230 mg de sodio, los análisis de laboratorio detectaron en promedio 10,6 g de grasa (+51,4%) y 272 mg de sodio (+18,3%), es decir, valores muy superiores a los declarados. Esta variación no es marginal, sino que revela un rotulado absolutamente inconsistente con la realidad del producto y expone a los consumidores a peligros de salud y nutricionales”, señala el documento.

En el caso de Coliseo, el laboratorio concluyó que las latas rotuladas como jurel correspondían en realidad a caballa y/o sardina española. En cuanto a los análisis nutricionales, estos demostraron que los valores informados eran inferiores a los que realmente presentaba el producto.

De todas las diferencias entre el etiquetado y el producto real, la más significativa fue la de la grasa, que registró un 60% más de lo declarado (6,4 g observados frente a 4,0 g informados). Junto con ello, los valores de sodio y proteína informados también eran notoriamente inferiores a los reales: 30,4% más en el caso del sodio y 36% más en el caso de la proteína. Es evidente que la rotulación de esta marca informó una composición sustancialmente distinta.

El jurel a Acuenta también informó valores nutricionales inferiores a los reales. La diferencia más pronunciada se verificó en la grasa, que fue 41,6% mayor que lo declarado (10,9 g observados frente a 7,7 g informados).

“Es notoria la existencia de un patrón en todas las marcas mencionadas, puesto que no solo entregaban un producto que no era, sino que además presentaban de manera incorrecta la información básica que debe aparecer en el rotulado”, añade la acción.

En el caso el contenido graso, las marcas con mayor exceso fueron Unimarc (+60%), Barquito (+51,4%) y Acuenta (+41,6%). En el extremo opuesto, San José (–20%) y Coliseo (–12,5%) presentaron niveles inferiores a lo declarado.

Respecto a las proteínas, las variaciones estuvieron entre –13,2% y +36%. La diferencia más baja correspondió a Barquito (–13,2%), mientras que los valores más altos se observaron en Unimarc (+36%), Acuenta (+20%) y Único (+8,1%).

Y en cuanto al Sodio, las discrepancias fueron notorias, entre –60,5% y +30,4%. El exceso más alto correspondió a Unimarc (+30,4%), seguido de Barquito (+18,3%) y Acuenta (+10,5%). En cambio, las mayores reducciones se observaron en San José (–60,5%), Coliseo (–21,3%) y Único (–11,5%).

Notas relacionadas











Vuélveme a querer

Vuélveme a querer

El extraño caso de Cristian Castro es, finalmente, el de un artista que perdió el centro, vagó por los bordes y regresó sin pedir permiso. No volvió a través de un hit nuevo ni de una estrategia de marketing: lo hizo mediante algo más simple y más raro -una autenticidad torpe, luminosa e irresistible, respaldada por una carrera que, vista desde hoy, nunca dejó de importar.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen