Cómo se deben preparar los colegios para convencer a su comunidad de vacunarse contra el COVID-19
La apertura de un diálogo con evidencia científica resulta fundamental para un proceso que se proyecta para principios de 2021, donde alumnos, profesores y apoderados cumplirán un rol clave.
Por Sebastián Dote
Chile aprobó su primera vacuna contra el coronavirus durante esta semana, en un proceso de mediano plazo que al menos se extenderá hasta el primer trimestre de 2021, período que marcará el retorno de las actividades en los colegios.
La fórmula de Pfizer y BioNTech, que recibió la autorización para el uso de emergencia por parte del Instituto de Salud Pública (ISP), excluirá a los niños, niñas y adolescentes menores de 16 años, por lo que gran parte de los alumnos de la enseñanza básica y media quedarán fuera del proceso al menos en esta primera etapa.
Esto no evita que al interior de las comunidades aparezcan diversas opiniones sobre las inoculaciones, muchas de ellas contaminadas con la influencia de las teorías conspirativas que rondan en redes sociales.
Por lo mismo, las escuelas en sus niveles primarios podrían tomar un rol clave en la conversación con bases científicas, en la generación de una discusión y el convencimiento de un tema que parte desde la voluntariedad, pero que tiene repercusiones para muchas personas.
Evidencias científicas sobre la mesa
Ainoa Marzábal, académica y directora de investigación de la Facultad de Educación UC, analizó la realidad que deberán enfrentar las comunidades educativas en un retorno que estará marcado por cómo abordar la inoculación masiva.
En conversación con EL DÍNAMO, la especialista en lenguaje y educación científica entregó algunas señales sobre el tratamiento que deberían tener los colegios para enfrentar a quienes muestren un rechazo a la vacuna.
“El colegio no debe tener una posición sobre el tema, debe dar apertura para que cada familia tome una decisión. Pero eso no implica que la escuela no se involucre, debe abrir los espacios de discusión”, expresó.
La experta señaló que la ciencia tiene un espacio fundamental para el diálogo, pero planteó que “lo más importante es proporcionar una información verificada y evidencia clara que le permita a las personas tomar decisiones, con un lenguaje accesible”.
Una decisión que involucra a todos
La vacuna de Pfizer excluirá a los menores de 16 años. Foto: Agencia Uno
Marzábal dijo que más allá de un convencimiento de las comunidades sobre las ventajas de la vacuna, los colegios también deben tomar un rol informativo, y sobre todo de discusión abierta sobre el tema, abordando aquellas aprehensiones que pueden tener los alumnos, profesores, padres y apoderados.
“El mensaje es que hay que tomar decisiones informadas, no con lo que se vio en Facebook o en otras partes. Esa información se puede entregar en la escuela y es importante también en niños de 10 y 12 años, que puede que no se vacunen, pero que como escalada entreguen todos estos datos a sus familias en sus casas“, expresó.
La académica planteó que más allá de recurrir a la asesoría de expertos, se debe generar conciencia sobre el impacto global que produce la decisión de vacunarse o no.
“Hay que darse cuenta que si bien es una decisión individual, está ligada a un efecto rebaño que nos afecta a todos. Por lo mismo es bueno abrir espacios, exponer los temores y recurrir a la evidencia científica comprobada, porque se trata de algo muy complejo que repercute en toda la comunidad”, añadió.
