Chat GPT: qué es y por qué causa controversia entre profesores y estudiantes
El robot virtual abrió un debate sobre el "reemplazo" que podría significar en la educación: ¿amenaza u oportunidad?
Por Sebastián Dote
PUBLICO DOMAIN PICTURES/ARCHIVO
Chat GPT, la nueva plataforma de inteligencia artificial que comenzó a circular por internet, abrió un intenso debate sobre los límites que este tipo de tecnologías en su uso diario, especialmente cuando surge como una posible amenaza de “reemplazo” a las labores humanas.
El chat-robot fue lanzado en noviembre pasado por el laboratorio OpenAI y entrega respuestas automáticas para diversas resoluciones, con una precisión que sorprende.
El uso de la plataforma se intensificó a inicios de este año y llegó a los celulares de miles de jóvenes, quienes la están ocupando para resolver diversas dudas sobre temas tan diversos como historia, política, filosofía, etc. Hasta la fecha se estima que más de 1 millón de personas ya la han usado en el planeta.
Su aparición causó conmoción en el mundo académico, ya que algunos estudiantes están recurriendo a ella prácticamente para hacer sus tareas. La entrega exacta y la aparente capacidad de “reflexión” de la aplicación incluso abre las dudas si profesiones como abogado, educador o periodista van a terminar o se transformarán completamente.
Qué es Chat GPT
Chat GPT es un sistema de chat basado en el modelo de lenguaje por Inteligencia Artificial GPT-3. Su modelo ocupa miles de parámetros, los que permiten hacer el “diálogo” entre el ser humano y el robot de manera más fluida.
A diferencia de intentos anteriores, como Instruct GPT, la nueva aplicación permite reducir la posibilidad de preguntas y respuestas sin sentido. Gracias a esto, puede entregar textos coherentes, con un hilo conductor que hacen creer que fueron escritos por un humano.
Por ejemplo, si un usuario consulta sobre una receta de cocina, la inteligencia artificial entrega todos los pasos. También sirve para conocer datos sobre trabajos, escribir poesías o hacer un análisis completo sobre el momento político del país. Los desarrolladores -eso sí- precisaron que la aplicación no sirve para dar consejos sobre la vida personal.
El intenso trabajo de OpenAI incluso llevó a que el robot fuese entrenado para no dar respuestas ofensivas sobre raza u orientación sexual, evitando los discursos de odio.
Las alertas en la educación
La aparición de Chat GPT se hizo sentir con alarma en algunas universidades de Estados Unidos.
Un reporte de The New York Times dio cuenta de algunas situaciones vividas en las aulas, que mostrarían la inquietante precisión de la inteligencia artificial.
Antony Aumann, profesor de filosofía en la Universidad del Norte de Michigan, relató sobre la revisión de un trabajo de un alumno, el que calificó como “el mejor texto de la clase”. Allí se entregaban datos precisos y un análisis profundo sobre las prohibiciones de las burkas.
El docente notó algo entraño en la tarea y confrontó al alumno que la entregó. Ante la presión, el estudiante admitió que había recurrido al chat bot para que lo ayudara.
La situación se ha repetido en otras escuelas del país y ha llevado a las escuelas de diversas ciudades de Estados Unidos a tomar medidas.
Algunos colegios públicos de Nueva York y Seattle cortaron señales de WI-FI y evitaron la conexión de los alumnos a la red, algo complicado debido a que los jóvenes han encontrado la manera de evadir los controles y recurrir al chat para hacer sus tareas.
La mirada prohibitiva sobre Chat GP no es compartida por todos los expertos. Xavier Martínez-Celorrio, profesor de Sociología de la Educación, doctor en Sociología y licenciado en Antropología de la Universidad de Barcelona, entregó un análisis sobre el tema en una columna publicada por el medio español El Periódico, en donde opinó que la plataforma “supone una amenaza para el profesorado más anquilosado del sistema“.
“Algunos docentes deberán cambiar sus formas de evaluar y contarán con software detector de plagio (el negocio es circular para las tecnológicas). Pero el fondo de la cuestión es el debate sobre cómo enseñar y aprender en una sociedad digitalizada donde las máquinas sustituyen a los humanos en memorización“, afirmó.
En ese sentido, el académico comentó que este tipo de plataformas podría obligar a los docentes a “volver a lo básico”. Es decir, “habituar al alumnado a escribir a mano, a pensar, a calcular y a exponer oralmente sin ayuda de máquinas o más bien, más allá de lo que dicten las máquinas“.
“La polémica por el Chat GPT puede ser un pánico pasajero o una oportunidad para replantearse una vuelta a lo básico que sea capacitadora para todos tras una etapa gaseosa de innovación educativa no evaluada con mucho efecto placebo. En todo caso, ayudará a hacer caer máscaras de todo tipo”, enfatizó.
