Hernán Calderón reapareció en TV luego de haber sido dado de alta la semana pasada, tras llevar 73 días internado en la Clínica Alemana por contraer COVID-19.
En conversación con el matinal Tu Día, el abogado dio cuenta de las secuelas que le dejó la enfermedad, como bajar 14 kilos y tener dañadas sus cuerdas vocales, por lo que le costaba hablar. Además, aseguró que “no alcancé a temer por mi vida, porque el momento crítico, que fueron los primeros 5 o 6 días, yo no estuve consciente”.
“El médico me dijo que tenía el 98% de posibilidades de morirme y el 2% de que me salvara, porque tenía una pulmonía muy fuerte”, recordó, agregando que “a mis hijas, mi pareja, también le informaron esta situación -de sus posibilidades de sobrevivir- y yo creo que fue más traumático para ella que para mí. Para ella fue terrible que el papá estuviera en riego vital. Yo cuando supe pero cuando ya venía de vuelta y tenía más del 50 por ciento de salvarme”.
A pesar del diagnóstico que le habían dicho, Hernán Calderón reconoció que “siempre pensé que me iba a salvar, porque había hecho muchas cosas. Había respetado la dos vacunas más la dosis de refuerzo y había guardado una cuarentena casi absoluta”.
Pero el abogado también tuvo palabras para su hija, Kel Calderón, quien lo acompañó desde su ingreso hasta la salida de la clínica. “Le ha tocado tomar decisiones muy fuertes con una edad muy pequeña (…) Ella sufrió mucho más que yo”, afirmó.
“Los dos somos muy emotivos. Ella tuvo la fuerza de acompañarme, igual que mi pareja, estuvieron siempre apechugando. Fue muy importante. Un apoyo psicológico muy fuerte”, cerró.
