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La sopaipilla, el producto estrella del invierno: su origen y la cantidad que se recomienda comer en estos días fríos

Con la baja de temperaturas y el regreso de las lluvias, la sopaipilla emerge como uno de los productos alimenticios más apetecidos por los chilenos.

Sopaipillas.

La sopaipilla es sin duda uno de los productos alimenticios que más se comen en Chile durante las temporadas de frío y de lluvia.

La sopaipilla está presente en todos los lugares, ya sea en carritos ubicados en las afueras de las estaciones de Metro, en las panaderías de barrio, en los supermercados (como masas crudas), entre otros.

El origen de la sopaipilla y cuál es la cantidad apropiada que se debe comer

Pese a que la vemos como algo totalmente nacional, el origen de la sopaipilla no es chileno.

“Este pan frito viene desde la gastronomía árabe. De hecho, su nombre es una derivación fonética de la palabra ‘sopaipa’. Aquí llegó de manos de los españoles, los que a su vez fueron colonizados por los moros durante un tiempo. Eso sí, nosotros fuimos los que le agregamos el zapallo a su mezcla, pero solamente en la zona central del país. Hay partes de Chile en donde las sopaipillas se cocinan sin ese elemento y con formas de rombo”, explicó a Diario Usach el chef Felipe Gálvez.

Con respecto a su este tipo de frituras puede provocar problemas para la salud, Tito Pizarro, médico cirujano, magíster en Ciencias Médicas con mención en Nutrición y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la USACH sostuvo que “el punto está en que no se consuman en exceso”, señalando que los panes fritos tienen, como promedio, unos 50 gramos de peso, lo que equivale a cerca de 150 calorías por unidad.

AGENCIA UNO.

Por lo anterior, el académico dijo que lo ideal es que sean dos o tres como máximo. Y si lo haces, que sea en reemplazo del desayuno o de la merienda, pero no como un agregado de las colaciones, porque eso sería un exceso de calorías”.

Por otro lado, se refirió a las sopaipillas pasadas. “Con eso se agregan 200 o 250 calorías por sopaipilla. Pensemos quienes se comen dos, tres y hasta cuatro. Esa persona podría llegar a ingerir unas mil calorías, lo que significa una gran cantidad”, expresó.

Sopaipillas ¿Con o sin agregados?

En cuanto a los agregados que muchas personas comen con las sopaipillas, Pizarro comentó: “Hay que tener cuidado con los productos que le ponemos. Lo más seguro es preparar un pebre casero, con cebollines como el ciboulette. Eso es súper seguro, rico y se puede hacer de manera higiénica”.

Siguiendo en esa línea, Gálvez expuso que “yo tendría más cuidado con las salsas que se ofrecen en los carros callejeros y que van desde la mostagua (porque es una mezcla de mostaza con agua), los ajíes, los kétchups, las tártaras, los pebres y un montón de cosas más que no pasan por cadenas de frío, que no cuentan con la manipulación correcta”.

AGENCIA UNO.

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