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Licencia para tomar caldo

Pero ojo al charqui. Un buen caldo es fácil de hacer y le puede poner todo lo que sobre en su casa. Eso sí, un caldo bien hecho tiene tradicionalmente 4 ingredientes: huesos horneados, cebolla, apio y zanahoria.

En medio de tanto enfermo falso me tocó atender a un hombre que la guata le falló en momentos cruciales y que requería de cama, pastillas de carbón y un buen caldo de pollo. Cual chofer de ambulancia partí raudo al supermercado verde de Bilbao a conseguir lo necesario para alimentar al enfermo.

El caldo, pilar fundamental de la cocina occidental, no está bien representado en las góndolas del capitalismo. Los caldos disponibles en tetra pack llamados Gallina Blanca se hacen llamar “caseros” aunque están hechos en una fábrica, que no es problema alguno, salvo por un detalle: no tienen nada que ver con un caldo hecho por un ser humano casero. Dime de lo que te jactas y te diré lo que careces. Sirven de vez en cuando para hacer paellas, risottos y alguna que otra sopa, siempre y cuando se haya regado previamente a los comensales con litros de vino. Desgraciadamente, los caldos envasados son muy salados y además les ponen papa o zapallo para hacerlos más gruesos y baratos de producir.

Ni hablar de los caldos de cubo que son el eslabón entre la comida y los fármacos, tanto que ahora se llaman caldos en tabletas. Y como no, si al hacer contacto con la lengua tienen un gusto amargo encubierto por pócimas dulzonas, que hacen recordar a la sacarina en pastillas que nuestros padres y abuelos le ponían al nescafé.

Pero ojo al charqui. Un buen caldo es fácil de hacer y le puede poner todo lo que sobre en su casa. Eso sí, un caldo bien hecho tiene tradicionalmente 4 ingredientes: huesos horneados, cebolla, apio y zanahoria. Hay miles de variaciones e interpretaciones, así que siéntase más vivo que funcionario en Miami y hágalo a su pinta. Por ejemplo, el saco de plomo de Gordon Ramsay, brillante cocinero, le pone ajo. Muchos otros no. A los españoles como el de este video de YouTube prefieren los puerros a las cebollas

y este gringo, que lo explica en sólo unos segundos, le pone pimienta, tomillo y perejil.

Como sea, hágalo usted mismo y tómeselo muy caliente o a temperatura de tobillo de funcionario en las orillas del mar caribe.

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