
En un contexto de transformación estructural y la creciente demanda mundial por minerales estratégicos para enfrentar el cambio climático, Codelco intensificó en los últimos años su estrategia de crecimiento a través de las asociaciones público-privadas.
Se trata de la tercera etapa de crecimiento en la historia de la Corporación. La primera partió en 1971 con la aprobación de la Ley de Nacionalización del Cobre, que creó a Codelco y la puso a cargo de las operaciones mineras, y la segunda vino 25 años después, con la puesta en marcha de los primeros yacimientos diseñados y construidos 100% por manos chilenas: Radomiro Tomic en 1997, Gabriela Mistral en 2008 y Ministro Hales en 2010.
En esta tercera etapa, Codelco ya cuenta con la experiencia de asociaciones como en El Abra con Freeport McMoran, y en Los Bronces con Anglo American. A ellas se suman varias otras alianzas más recientes con BHP, Teck, Rio Tinto.
“Hemos decidido fortalecer las asociaciones con terceros, con todos los resguardos necesarios, para maximizar el valor que entregamos al dueño, el Estado de Chile. Este enfoque complementa el desarrollo de nuestros proyectos estructurales y nos permite acelerar otros proyectos e iniciativas que, por sí solos, nos tomarían mucho más tiempo o no se desarrollarían”, explica Alejandro Sanhueza, vicepresidente de Finanzas de Codelco.
Describe que entre las motivaciones para impulsar estos acuerdos está viabilizar recursos mineros y maximizar economías de escala, como por ejemplo compartir infraestructura, optimizar el uso del territorio, facilitar el acceso a nuevas tecnologías o mitigar el impacto de la actividad minera en el entorno. “El propósito final es buscar nuevas formas, distintas a lo habitual, que nos permitan generar más valor a partir de nuestras capacidades propias y las de nuestros socios”, dice el ejecutivo.
Las alianzas más recientes
Entre las alianzas difundidas recientemente está la suscripción de un Memorándum de Entendimiento (MoU) con Anglo American para la explotación conjunta del distrito minero Andina-Los Bronces. Dicho acuerdo contempla una producción adicional promedio de 120.000 toneladas anuales de cobre entre 2030 y 2051, y un valor económico total de US$ 5.000 millones en valor presente. Codelco capturará el 50% de ese valor a través de Andina y otro 20% mediante su participación en Los Bronces.
Otro proyecto destacado es la compra a Enami de 10% de participación en Quebrada Blanca, un activo de clase mundial operado por Teck, que aportará entre 25.000 y 30.000 toneladas anuales de cobre fino a la producción atribuible de la Corporación.
En el plano de las exploraciones, también destacan varias iniciativas. Está el proyecto conjunto con Rio Tinto, denominado Nuevo Cobre, que se encuentra en fase temprana, pero con resultados preliminares considerados “muy favorables”. Codelco y Rio Tinto firmaron este pacto en 2023, que busca explorar y desarrollar un proyecto conjunto, y en mayo de este año lo ampliaron para aprovechar el potencial geológico de la zona cercana a la Fundición Potrerillos, en Atacama, denominada San Antonio.

Por otro lado, recientemente la Corporación firmó con BHP un acuerdo de exploración para el prospecto Anillo, ubicado en la Región de Antofagasta, una propiedad de 24 mil hectáreas.
Mientras, en litio destacan la alianza con SQM en el Salar de Atacama, que permitirá a Codelco acceder anticipadamente a la operación desde 2025, con una producción proyectada de hasta 330.000 toneladas de litio anuales; además del proyecto en Maricunga, donde este año seleccionó a Rio Tinto como socio para avanzar en el desarrollo conjunto.
Foco en las exploraciones
Más allá del tamaño, Codelco busca convertirse en una empresa más diversificada en términos de riesgos operacionales y financieros.
“Estamos poniendo el foco en oportunidades que puedan generar sinergias entre diferentes compañías. Por ejemplo, nuestras Operaciones Norte cuentan con yacimientos muy próximos entre sí, lo que abre posibilidades de colaboración”, agrega Sanhueza.
Explica que las asociaciones no están pensadas para los proyectos estructurales de Codelco, destinados a alargar la vida productiva de las minas en operación. Se trata más de bien de una herramienta con la que se espera sumar producción rentable al portafolio de la compañía y apoyar el desarrollo futuro, principalmente vía exploraciones en yacimientos no explotados.
“Nuestras alianzas para explorar permiten atraer financiamiento y capacidad exte
a, de manera de adelantar la generación de valor con recursos adicionales a los que dispone Codelco. De esta forma diversificamos riesgos y habilitamos posibles sinergias futuras”, describe.
Sanhueza puntualiza que el impacto más relevante de las asociaciones en el Ebitda de la Corporación (utilidades antes de impuestos, intereses y depreciación) se evidenciará en el mediano plazo, a partir de 2030.

“A inicios de la próxima década, esperamos que el proyecto conjunto con Anglo esté en plena operación, al igual que la alianza de litio en el Salar de Atacama en la que Codelco entrará con 50% más una acción. Proyectamos que las asociaciones público-privadas representen más del 20% del valor de Codelco, en nuestro flujo de caja”, adelanta.
Un punto clave en las alianzas con terceros es que Codelco no sólo busca asegurar su crecimiento futuro, sino también consolidar su rol como actor clave en la transición energética global. La combinación de experiencia operativa, origen estatal y colaboración estratégica posiciona a la minera como un referente en el desarrollo sostenible de recursos naturales.