
Para este viernes 11 de abril está fijada la audiencia en la que se revisarán los antecedentes que podrían llevar a cambiar la sentencia contra los hermanos Lyle y Erik Menéndez, condenados a cadena perpetua por asesinar a sus padres, José y Kitty, en 1989.
El mediático caso concitó la atención de los estadounidenses durante los dos juicios realizados contra los hermanos, el primero en 1993 y el segundo tres años más tarde, en los cuales fueron sentenciados a pasar el resto de sus vidas tras las rejas.
Pero la decisión de fijar una nueva audiencia casi tres décadas después de la condena definitiva se vinculó a la exitosa serie de Netflix, estrenada en septiembre del 2024, en el que Lyle y Erik entregaron sus versiones de lo ocurrido y el segundo acusó que había sido abusado por su padre.
A raíz de ello, el entonces fiscal general del condado de Los Ángeles, George Gascón, pidió reabrir el expediente para analizar si los hermanos Menéndez merecían un nueva sentencia.
El giro político que podría frustrar el cambio de la sentencia de los hermanos Menéndez
Aunque la solicitud de Gascón ilusionó a los hermanos acusados del asesinato de sus padres, un hecho político podría echar todo por tierra. Es que el ahora ex fiscal perdió las elecciones en noviembre pasado y en su lugar asumió Nathan Hochman, un conservador que se ha mostrado en contra de la opción de que Lyle y Erik salgan de prisión.
De acuerdo con lo informado por los medios estadounidenses, Hochman se opone a una revisión del estatus de los condenados, aunque será un tribunal de primera instancia el que tomará la decisión definitiva.
Según argumentó el nuevo fiscal, los hermanos no merecen que les cambien la sentencia porque llevan más de 30 años mintiendo sobre el crimen de sus progenitores, lo que para él es una clara muestra de que no se han rehabilitado.
La otra instancia a la que podrían apelar Lyle y Erik es obtener la clemencia del gobernador de California, Gavin Newsom, la que se resolverá el 13 de junio.