
Humo negro se vio en la chimenea de la Capilla Sixtina tras la primera votación del Cónclave que elegirá al nuevo Papa. Un total de 133 cardenales se mantendrán aislados para continuar con las votaciones.
Después del juramento de secreto, la ceremonia comenzó con la tradicional frase “extra omnes” (todos fuera en latín), dicha por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Papales, Diego Giovanni Ravelli. Con aquella instrucción, todas las personas que no participaban en la primera votación del Cónclave abandonaron la sala, lo que permitió el cierre de las puertas de la capilla.
El Cónclave más corto registrado en la historia tuvo lugar en 1503, con una duración de solo diez horas. En aquella oportunidad fue elegido el cardenal Giuliano della Rovere, quien reemplazó a Pío III adoptando el nombre de Julio II.
En la historia moderna , el único que ha logrado ser elegido en el primer día de votación fue el Papa Pío XIII. Francisco, en tanto, fue seleccionado en el segundo día.
A lo largo del proceso habrán cuatro votaciones diarias, dos por la mañana y dos por la tarde. La única excepción será hoy con solo una. En el caso de no llegar a un resultado exitosos en tres días, o en otras palabras, después de 12 votaciones, habrá una pausa de un día. Durante ese período de tiempo, los electores tendrán tiempo para la oración y el libre diálogo.
Para que salga el humo blanco, dos tercios de los cardenales deben votar por un solo candidato. Es decir, quien sea elegido como nuevo Sumo Pontífice debe obtener 89 votos y se votará la cantidad de veces necesarias hasta alcanzar ese número.
Solo de esta forma podremos escuchar el “habemus papam” desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.