
Cristina Fernández enfrentó los micrófonos en la sede del Partido Justicialista, luego que la Corte Suprema de Argentina ratificara la condena de seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para asumir cargos públicos, en el marco del llamado Caso Vialidad.
La ex mandataria aseveró que “esta Argentina que hoy estamos viviendo no deja de sorprendernos”, asegurando que “ahora el Partido Judicial le agrega el cepo al voto popular”.
Respecto a la decisión de los tres jueces de la Corte Suprema de desestimar su recurso para dejar sin efecto la pena de cárcel en su contra, dejó en claro que “son tres monigotes que responden a mandos naturales muy por arriba de ellos”.
“Esta causa tiene un cronograma electoral maravilloso. Un mes antes de la oficialización de las candidaturas en la Provincia sacan el fallo”, agregó Cristina Fernández, quien aseveró que el proceso judicial buscó sacarla de la carrera presidencial en 2019.
“Pero les cambiamos el escenario porque si algo debe hacer un militante y dirigente político es ver más allá de sus narices y no privilegiar su postura personal y su lugar en una lista, sino hacer lo que hay que hacer para que el partido que nos dio todo lo que somos y todos los honores que tuvimos gane las elecciones”, apuntando a su postura de apoyar la candidatura de Alberto Fernández.
Junto con ello, Cristina Fernández lanzó duros dardos a la figura de Javier Milei, apuntando que su gobierno “no tiene final feliz y el poder económico lo sabe”.
“Pero cuando este monigote se caiga, como el otro monigote del norte, el amigo de la motosierra (por Elon Musk)… Miren el papelón, el bochorno… Cuando esto se desplome, lo que pretenden es que el campo nacional y popular no pueda organizarse”, argumentó.
Por su parte, su abogado Gregorio Dalbon expresó que “denuncio ante al pueblo argentino y la comunidad internacional una de las decisiones judiciales más graves y vergonzosas desde el regreso de la democracia en 1983″.
“Hoy ha sido condenada una dirigente que no cometió delito alguno. Hoy se ha sellado con una sentencia escrita de antemano un proceso que jamás debió haber existido. Esta no es una condena. Es una venganza del poder”, sentenció el jurista.