Una exhaustiva investigación de la BBC ha documentado al menos 168 casos de niños alcanzados por disparos entre octubre de 2023 y julio de 2025 durante el conflicto en la Franja de Gaza. De estos, 95 menores recibieron impactos en la cabeza o el pecho, y 67 tenían menos de 12 años.
La mayoría de las muertes, según testimonios y pruebas recabadas, fueron atribuidas a disparos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
En 57 de los 59 casos documentados con testigos o informes médicos, las FDI fueron señaladas como responsables directas de los disparos hacia niños en Gaza. Solo dos incidentes fueron atribuidos a fuego palestino.
Uno de los casos más desgarradores es el de Layan al-Majdalawi, de dos años, que fue asesinada junto a su padre Mohamed en noviembre de 2023. Un video emitido por la cadena qatarí Al Araby TV mostró a ambos cayendo abatidos por disparos, presuntamente de francotiradores israelíes. La BBC, tras un año de investigación, confirmó sus identidades y reconstruyó los hechos. Un análisis satelital determinó la presencia de fuerzas israelíes a solo 280 metros del lugar del tiroteo.
El profesor Derrick Pounder, patólogo forense, indicó en diálogo con el citado medio que las muertes de Layan y su padre coinciden con las características de heridas por rifles militares de alta velocidad: “Dejan un pequeño orificio de entrada y causan lesiones internas devastadoras“.
La crisis médica en Gaza
La situación médica en Gaza es crítica. El sistema hospitalario se encuentra colapsado y muchas muertes no han podido ser registradas adecuadamente. Aun así, se ha confirmado la muerte de al menos 90 de los 168 niños heridos por disparos. El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, estima que más de 50.000 niños han muerto o resultado heridos desde el inicio del conflicto.
Israel sostiene que sus operaciones van dirigidas contra Hamás en entornos urbanos complejos, reiterando que “el daño intencionado a civiles, y especialmente a niños, está estrictamente prohibido“, asegurando que cualquier incidente será revisado por las autoridades competentes.
No obstante, la organización israelí de derechos humanos B’tselem denunció esta semana la falta de normas claras de combate. Un reservista del ejército israelí, identificado como “K” en el artículo, reveló que en su unidad la orden era disparar a matar a cualquiera que estuviera fuera del corredor humanitario.
Los familiares de las víctimas, como los de Layan, viven con incertidumbre y con pocas esperanzas de justicia. Sus cuerpos yacen en tumbas improvisadas, muchos sin siquiera un entierro digno. La brutalidad del conflicto ha dejado no solo un número escalofriante de víctimas infantiles, sino también una antecedente de impunidad que sigue sin tener respuestas claras.