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Cómo la guerra civil incidió en el deslizamiento que dejó más de 1.000 muertos en Sudán

Tras una semana de lluvias torrenciales, el MLS pidió a la ONU ayuda inmediata para recuperar los cuerpos, en una tragedia que dejó solo un sobreviviente.

Un deslizamiento de tierra destruyó una aldea en la montañosa zona de Jebel Marra, en la región de Darfur de Sudán este domingo.

Tras una semana de intensas lluvias, el asentamiento quedo totalmente sepultado, provocando la muerte de más de 1.000 personas y dejando solamente a un sobreviviente, según informó el Movimiento de Liberación de Sudán (MLS), grupo rebelde que controla la zona.

El MLS aseguró que el deslizamiento arrasó parte de una zona productora de cítricos y que el único superviviente se trata de un niño pequeño. De manera urgente, el grupo solicitó a la ONU y a organizaciones internacionales ayuda para recuperar cuerpos, despejar los escombros y brindar asistencia inmediata a las personas desplazadas en las Montañas de Marra.

Líderes locales dijeron que el desastre agravó una emergencia humanitaria que vive el país. Las personas que huían de los combates entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR)—una fuerza paramilitar operada anteriormente por el gobierno de Sudán— buscaron refugio en Jebel Marra en medio de una escasez de alimentos y medicinas. Asimismo, las lesiones por el incidente se agravaron ante la ausencia de servicios de salud.

El MLS gobernó durante mucho tiempo una porción autónoma de Jebel Marra mientras se mantenía neutral en los enfrentamientos entre las FAR y el ejército sudanés. Asimismo, autoridades apuntaron que las continuas lluvias torrenciales en el oeste de Sudán provocaron el deslizamiento, y que la guerra civil desplazó a millones a estos sectores, dejándolos expuestos a inundaciones anuales.

El conflicto se intensificó en abril de 2023 en medio de una lucha por el poder entre el jefe del ejército Abdel Fattah al-Burhan y el comandante de las FAR Mohamed Hamdan Dagalo. De hecho, la ONU llegó a calificarla como la peor crisis humanitaria del mundo.

Además de las acusaciones de genocidio, más de la mitad de la población de Sudán enfrentaba niveles críticos de hambre, con hambruna declarada en la región de Darfur, que atraviesa una escasez de alimentos y medicinas.

La recuperación y la remoción de escombros avanzaron lentamente en el terreno montañoso, y los trabajadores humanitarios advirtieron que, sin acceso rápido a alimentos, medicinas y refugio, los impactos del deslizamiento de tierra y del desplazamiento causado por el conflicto en Darfur se agravarían aún más.

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