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La historia real de Ed Gein, el protagonista de la nueva temporada de Monstruo de Netflix

El caso de Ed Gein inspiró a grandes personajes de películas como Psicosis o La masacre de Texas.

Netflix presentó esta semana el primer adelante de Monstruo: La historia de Ed Gein, la tercera temporada de la serie antológica que se sumerge en el mundo de los asesinos seriales y crímenes de alto impacto. Se trata de una producción encabezada por Charlie Hunnam que se estrenará a nivel global en la plataforma el próximo 3 de octubre.

En esta tercera entrega el nombre de Ed Gein se erige al ser uno de los asesinos más despiadados en la historia de Estados Unidos durante la década de 1950. En su hogar fueron hallados restos humanos convertidos en utensilios, muebles tapizados con piel y máscaras hechas con rostros de mujeres, siendo su caso una fuente de inspiración para personajes emblemáticos de películas como Psicosis, La masacre de Texas y El silencio de los inocentes.

Nacido en 1906, Gein creció en un ambiente opresivo. Su madre, Augusta, lo educó en el temor al pecado y en el desprecio hacia las mujeres, a quienes consideraba como fuente de corrupción. Su padre, un alcohólico, nunca tuvo peso real en la crianza. El resultado fue un niño aislado, sin amigos, que mantuvo una dependencia extrema con su figura materna.

En 1945, Augusta falleció, dejando completamente solo a Gein, transformando las habitaciones de su hogar en santuarios dedicados a la memoria de su madre. La desaparición de Bernice Worden, empleada de una ferretería local, llevó a la policía hasta la granja de Ed en noviembre de 1957, lo que los llevó a dar con un hallazgo que marcó un antes y un después en la criminología moderna.

Cabezas humanas convertidas en cuencos, corsés hechos con piel, lámparas hechas con huesos y hasta un “traje” femenino completo que usaba en soledad fueron algunas de las cosas que se encontraron en la vivienda. En sus declaraciones, Gein admitió dos asesinatos y confesó haber profanado tumbas para extraer cadáveres de mujeres similares a su madre.

El juicio terminó por declararlo demente y fue internado de por vida en hospitales psiquiátricos. Finalmente, Gein falleció a los 77 años en 1984. La Justicia nunca pudo confirmar más crímenes que los dos probados, pero la magnitud de los hallazgos bastó para inmortalizarlo como uno de los personajes más perturbadores en la historia norteamericana.

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