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28 de Enero de 2015

Cambio del binominal

En 1989 cuando se tramitaron las reformas constitucionales que permitieron la transición a la democracia quedó pendiente la reforma al sistema binominal. Sorprende ver a protagonistas de ese acuerdo que hoy no apoyaron el cambio al binominal.

Por Joaquín Godoy
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Joaquín Godoy es Soy Amplitud, porque creo en la libertad de las personas y no le tengo miedo a los cambios que Chile está planteando. No nos importa de dónde vienen las personas, sino más bien para dónde quieren ir.

La reforma al sistema binominal y su reemplazo por un sistema proporcional es un gran avance para la democracia chilena. Contrario a lo que nos gusta pensar, nuestra democracia no goza de buena salud y son muchos, tal vez demasiados, los chilenos que no piensan que el sistema democrático es el mejor para Chile, como demuestra la última Auditoría a la Democracia del PNUD. El descrédito del sistema binominal contribuye en parte a esta desafección. Los que se resisten a los cambios suelen decir que la política no es un problema real de la gente y a menudo caen en populismos tales como que Chile necesita más doctores y no más diputados. Desgraciadamente sin democracia no hay doctores libres, ni profesores libres, ni ciudadanos libres. Se ha recurrido al slogan para criticar una reforma necesario para Chile, si hay trajes a la medida el nuevo sistema es un traje a la medida de la democracia.

En 1989 cuando se tramitaron las reformas constitucionales que permitieron la transición a la democracia quedó pendiente la reforma al sistema binominal. Sorprende ver a protagonistas de ese acuerdo que hoy no apoyaron el cambio al binominal. Veinticinco años después de las reformas que encausaron nuestra vida democrática se logró el cambio a nuestro imperfecto sistema electoral. Con el voto, no sólo de Amplitud, sino que de 3/5 del Senado y 3/5 de la Cámara logramos un cambio en el que pudo estar aún una mayoría más grande. El alto quórum necesario y que los diputados y senadores que votaron la reforma fuimos elegidos bajo el sistema binominal fue una barrera difícil de pasar, pero no imposible. El cambio traerá beneficios a la democracia chilena dando mayor representatividad a nuestro Congreso Nacional con integrantes más parecidos al Chile de hoy, incluyendo más mujeres y más diversidad política y social.

Los cambios enfrentan la resistencia de los beneficiados por el status quo pero también de los que sienten temor y parecen tener vocación de minoría. Desde Amplitud intentamos varias veces hacer de puente entre el gobierno y Renovación Nacional para lograr un acuerdo. Lamentablemente las diferencias internas y el casi nulo respaldo de los senadores RN a su presidente Cristián Monckeberg, terminaron con RN lejos del acuerdo. Desgraciadamente primó, otra vez, el inmovilismo.

 

 

El sistema binominal no es el único problema de nuestra democracia. Quedan otras reformas por sacar adelante como la del financiamiento de la política. El pasado junio firmamos un acuerdo con el gobierno para mejorar la calidad de la política apoyando el cambio del sistema binominal y las reglas del financiamiento de la política. Esperamos poder concretar durante el 2015 la segunda parte de nuestro acuerdo, prohibiendo el aporte de las empresas a las campañas y procurando un financiamiento permanente y transparente de la política.​

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