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15 de Septiembre de 2017

El liderazgo de la FEUC y el aborto

"Si la falsedad de la consigna inscrita en los lienzos exhibidos en dicha clínica fue producto de la ignorancia de los jóvenes, debiesen haber rectificado, cosa que no ocurrió".

Por Francisco Ramírez
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Francisco Ramírez es Coordinador del área Servicio Público de la Fundación Jaime Guzmán

Llama profundamente la atención los argumentos que esgrimen quienes están a favor del aborto (¿en tres causales?). Afirmo esto porque creo que los saltos lógicos para validar sus posturas parecen más bien abogar por un derecho y no sólo la despenalización.

Y qué mejor que explicitar esta dicotomía en base a la argumentación de miembros de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile (FEUC). Porque ellos, llamados a ser los liderazgos intelectuales que guíen el debate público de nuestro país, no han hecho más que caer en falacias y estirar los límites de la discusión a realidades paralelas que no han ocurrido… y tampoco ocurrirán.

Sus dirigentes -con fervor- se instalaron frente al Campus Clínico de la Red de Salud UC Christus, y desplegaron un cartel que decía: “Aquí atienden a violadores y no a mujeres violadas”, contraponiendo la atención que se le brindó al sacerdote Fernando Karadima luego de sufrir un infarto, con la objeción de conciencia institucional en la que se sustenta la UC para no practicar abortos en sus centros de salud.

¿Sabrán ellos que aquello es falso? Primero, porque la objeción de conciencia aplica al procedimiento a realizarse y no a la persona internada, incluso sea este el delincuente más repudiado por la sociedad. Y, en segundo lugar, porque la Red de Salud UC Christus sí atiende a mujeres violadas. Es más, si debiesen recibir a alguna mujer embarazada, cuya vida está en riesgo, el protocolo médico indica que se intentará primero salvar su vida, aun cuando aquello implique involuntariamente que muera su hijo.

Si la falsedad de la consigna inscrita en los lienzos exhibidos en dicha clínica fue producto de la ignorancia de los jóvenes, debiesen haber rectificado, cosa que no ocurrió. De modo que esta acción, de suyo violenta, devela el solapado –y lamentable- fundamento de quienes han promovido el aborto en nuestro país, a saber, que bajo ciertas condiciones, la vida humana pierde valor y dignidad. 

Por eso, los dirigentes universitarios –tal jueces- han creído poseer todos los elementos necesarios para determinar quién debe morir y quién debe vivir. Porque sostener que Karadima no es digno de atención a raíz de los delitos cometidos, y pretender autorizar  a una madre violada  a terminar con la vida de su hijo, es, al final del día, suspender el respeto por la dignidad humana.

Esta es, por crudo que parezca, la verdad que implica abogar por el aborto como derecho. Tal vez por lo mismo (por su crudeza) dicha verdad no fue transparentada por quienes lo promovieron.

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