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Actualizado el 7 de Mayo de 2021

La pandemia le dio una oportunidad a las nuevas tecnologías

En Chile es un proceso en curso, muchas personas hablan de transformación digital porque piensan que basta con poner tecnología sobre los procesos, pero va mucho más allá. Es sobre todo, un tema cultural que pasa por repensar los objetivos de la empresa.

Por Patricio Guarda
Esta nueva forma de trabajar de casa probablemente se va a mantener después que termine la pandemia. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Patricio Guarda

Patricio Guarda es Ingeniero civil informático

Previo a la pandemia, ya existían compañías que estaban en proceso de transformación digital. No obstante, la gran mayoría ni siquiera se lo había planteado. Definitivamente las cuarentenas empujaron a las empresas a acelerar el proceso y una vez que partió el trabajo remoto, impactó la cultura laboral y las formas de hacer las cosas. Estar desconectados físicamente se convirtió en un desafío diario que significaba hacer el trabajo con un equipo no presencial.

Así, el primer desafío fue cultural más que tecnológico, porque en la medida que pasó el tiempo, la tecnología fue demostrando que estaba a la altura para poder apalancar cualquier proceso de transformación, desde temas de comunicación y colaboración hasta los relacionados con los sistemas en sí o con procesos productivos, que también fueron capaces de ser soportados con tecnología.

En Chile es un proceso en curso, muchas personas hablan de transformación digital porque piensan que basta con poner tecnología sobre los procesos, pero va mucho más allá. Es sobre todo, un tema cultural que pasa por repensar los objetivos de la empresa. El proceso de transformación en el país ha avanzado bien, y al igual que en todo el mundo, las empresas fueron empujadas por la pandemia junto a la necesidad de seguir haciendo negocios y crecer, pero todavía falta bastante por concretar.

Por ejemplo, hay empresas que siguen llevando sus prácticas de trabajo tradicionales, en vez de aprovechar la oportunidad para transformarse. Todavía, muchas continúan con procesos manuales encargados a personas, lo que aumenta el riesgo de las operaciones del negocio. La realidad del país es que está en buen pie, pero aún falta mucho por avanzar.

Para llevar a cabo iniciativas de transformación digital se requiere de un “patrocinador” que incentive el cambio desde arriba de la organización para que el resto respalde el valor del proceso. Pero la realidad es que todavía existen directores de grandes, medianas y pequeñas empresas con mentalidad tradicional.

Es el caso de comercios de servicios financieros tradicionales, donde no ven la necesidad de hacer un cambio de transformación en lo digital, porque el negocio sigue siendo rentable y no perciben su valor, puesto que además requiere de inversión y cambio para impulsar dicho proceso.

De cara a las empresas que están viviendo la transformación digital, la mayor prueba es mantener a los colaboradores motivados, alineados y que se transmita la importancia del cambio a todo el equipo y que se empapen del proceso independiente del rol que tengan dentro de la organización.

Por el momento, el mayor reto lo han tenido las TELCO o proveedores de internet, que son quienes tienen que sostener una infraestructura que sea suficiente para dar abasto a lo que está pasando. Esta nueva forma de trabajar de casa probablemente se va a mantener después que termine la pandemia y el desafío es asegurar la conectividad para poder habilitar los procesos.

Otro problema a solucionar es la escasez de profesionales en tecnología, debido a que actualmente, las universidades chilenas no están formando profesionales al ritmo que las empresas y el mercado demandan.

Mientras cada empresa no resuelva la mayor parte de estos desafíos, no podrán decir que lograron la ambicionada transformación digital.

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