Desde antes de llegar al gobierno, cuando eran una muy hostil oposición, que encontraba que todo lo que se había hecho en Chile desde 1990 en adelante no servía, estaba mal, que nos asolaban los abusos y la desigualdad, y que, por lo tanto, ellos tenían que asumir el poder para salvar al pueblo sufriente, el Frente Amplio ya mostraba su sello, su carta de presentación, su método de cómo hacen política.
Y hoy, estando en La Moneda, ese estilo se ha mantenido o incluso profundizado, como un manual que se repite y aplica una y otra vez.
Es un modus operandi que, por cierto, se ejecuta con altas dosis de descaro, porque la gran mayoría de las veces, dan lo mismo los datos, los números, los antecedentes objetivos, las advertencias, lo que le importa al Frente Amplio son los contextos (mientras más coloridos, ruidosos y dramáticos, mejor aún), lo que le importa es la dirección en que está soplando el viento en ese momento, lo que le importa es ser popular, sin importar, obvio, los efectos, el daño.
Da lo mismo si lo que prometen y luego ejecutan tiene cimientos de paja. Lo que importa es si esa promesa rimbombante, muchas veces hecha con tono doliente, lastimero, pero a la vez mesiánico, rinde electoralmente y de paso golpea a mi adversario. No importan las consecuencias, total, otros, no ellos, las sufrirán.
Esta semana, con el increíble error de cálculo del Ministerio de Energía en los reajustes de la cuentas de la luz, volvió a quedar en evidencia esa forma de hacer las cosas que tiene el Frente Amplio.
¿Cuál es ese modo? Miremos un poco hacia atrás en el tiempo. Cuando el país enfrentaba el que sin duda ha sido el momento más complejo desde el retorno de la democracia, luego del denominado estallido social y sus repetitivas jornadas de violencia que recorrieron buena parte de las calles, por cierto, con la complicidad pasiva y activa de buena parte de la izquierda, se generó un festival de promesas ultra populistas, irresponsables, en que no importaba si sus efectos eran destructivos.
Lo que importaba era pegarle al Presidente Piñera, para socavar aún más su autoridad y así sacarlo del cargo, y, aprovechándose del dolor y el fervor popular, avanzar para luego hacerse del poder.
En ese momento se prometieron y concretaron múltiples barbaridades. Los retiros de los fondos de pensiones son el caso más emblemático, qué duda cabe, pero también hubo otras. Como por ejemplo, el congelamiento de las tarifas de la luz. Evidentemente, en un momento en que el país crujía y veía todo en blanco y negro, con las empresas como símbolos de los abusos, era pura ganancia política prometer que las cuentas de la luz no subirían más.
Pero claro, lo que nunca se explicó, lo que nunca los irresponsables del Frente Amplio dijeron, fue que en algún momento había que descongelar esos precios y que habría que devolver esa plata que se había “ahorrado”.
Y ese momento llegó. Desde hace meses que las cuentas de la luz han tenido un alza casi exponencial, golpeando a los que menos tienen, a los más pobres, a quienes una y otra vez el Frente Amplio nos trata de convencer que son su principal prioridad.
Claro, cuando ocurrió eso, ninguno de los que en televisión tuvieron su momento de fama cuando se pausaron los precios, salió a dar la cara o a excusarse por la fuerte subida que tuvieron las cuentas.
Ahora, nos enteramos, otra vez, gracias a un medio de comunicación –Canal 13-, (porque en este gobierno los errores se asumen cuando la prensa los hace públicos), que bajo el mando del ministro Diego Pardow se calcularon mal los reajustes, no sólo generando un alza indebida en las cuentas, sino que también empujando el IPC, dado el peso que tiene el costo de la luz en la canasta con la que se calcula la inflación.
¿Y qué pasó? Entró a operar otro ámbito del modus operandi del Frente Amplio y esta vez con las autoridades de La Moneda por delante.
¿Qué dice el modus operandi? Esto es culpa del gobierno anterior. Y con un nivel de desfachatez pocas veces visto, se agregó que casi que había que aplaudir a este gobierno, porque habían sido ellos los que detectaron el error de cálculo. Realmente impresionante. Pocas veces se ha presenciado estos niveles de flexibilidad y creatividad argumentativa, en los que el pudor no asoma por ninguna parte.
Ahora que estamos a un mes de las elecciones, es muy sano y necesario que no se nos olvide que esta es la forma que tiene el Frente Amplio de hacer política. Esta es la forma que están convencidos con la que se debe llegar al poder y luego ejercerlo.
Y si tienen la oportunidad, la van a volver aplicar.