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3 de Abril de 2014

Ricardo Toro, el dique que Bachelet dejó en la Onemi en caso de terremoto

En medio de la serie de sismos que ha azotado al norte del país, Bachelet decidió ratificar al director de la Onemi en su cargo. Desde la oposición acusan una estrategia para blindarse y responsabilizar al gobierno anterior en caso de un mal desempeño. Toro, sin embargo, pasó más que dignamente la prueba tras el terremoto en el norte.

Por Daniel Martínez / Rodrigo Durán
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El viernes 21 de marzo pasado, la Presidenta Michelle Bachelet sorprendió a la Alianza y a la Nueva Mayoría ratificando a Ricardo Toro como director de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), en medio de la ola de solicitudes de renuncia a quienes encabezaban varias de las reparticiones públicas más estratégicas y que habían sido nombrados por Alta Dirección Pública en el gobierno anterior, como el Servicio de Impuestos Internos, el Sernac o el Senda.

La decisión, informaron en La Moneda, se debió a la buena evaluación que hizo la Mandataria del desempeño de Toro tras el sismo de 6,5 grados que afectó al norte del país días después del cambio de mando. Sin embargo, la decisión de mantener a Toro en un cargo de alta visibilidad y cuidado como la Onemi es también un movimiento de ajedrez en vista de los cuestionamientos a la Presidenta Bachelet por la fallida actuación del gobierno y de los organismos de emergencia en el 27F, incidente que marcó negativamente el final de su primer mandato.

En esa lógica, Bachelet, quien recibió peticiones de al menos dos partidos de la Nueva Mayoría para reemplazar a Toro por un militante de la coalición, optó por dejarlo en el cargo como contención ante la seguidilla de sismos que ya presagiaban un sismo de gran magnitud en la zona norte del país.

En la oposición hablan de una decisión estratégica para culpar al gobierno de Piñera, quien lo designó en el cargo, en el eventual caso de que se tuviera que enfrentar una tragedia y ésta no se desarrollara de manera correcta.

“Algunos señalan que es una decisión para establecer responsabilidades compartidas”, explica la ex vocera de gobierno, Cecilia Pérez, hoy dedicada a defender el legado del ex presidente Piñera desde la Fundación Chile Avanza. Agrega que acá “primó el dejar una persona que tiene las capacidades y la experiencia frente a un gobierno que en su minuto lo hizo muy mal y aprendió”.

El terremoto de la madrugada del 27 de febrero de 2010 dejó en evidencia el débil funcionamiento y falencias técnicas de los organismos de emergencia y puso en el centro de las críticas a la mandataria que esa noche -contrariando los protocolos- se apersonó en las oficinas de la Onemi para transmitir en persona información errónea. En base a los datos proporcionados por la Onemi y el Shoa, la Presidenta aseguró que no había información sobre la ocurrencia de un tsunami en circunstancia que las zonas de Pichilemu y Constitución ya habían sido azotadas por las olas. Hubo 54 fallecidos esa noche y posteriormente comenzó una ola de saqueos en la zona sur, razón por la que también se cuestionó a Bachelet ya que hubo tardanza decretar estado constitucional de catástrofe, que posiciona a las Fuerzas Armadas como responsables del orden.

El  general (r) Toro como cabeza de la Onemi cuenta con el apoyo de todos los sectores, incluido el oficialismo, pese a haber sido designado en su cargo por el ex presidente Sebastián Piñera, vía Alta Dirección Pública . Ese respaldo lo llevó el martes  a estar codo a codo haciendo vocerías junto a los ministros Rodrigo Peñailillo (Interior) y Jorge Burgos (Defensa) en las oficinas de la Onemi, tras el terremoto de 8,2 grados que azotó al norte del país este martes.

Desde todos los sectores destacan que Toro hizo una buena labor desde que asumió en la Onemi. Tuvo la misión de modernizar la institucionalidad del organismo para que pueda responder a todos los requerimientos y exigencias de un país como Chile, acostumbrado a las catástrofes naturales. Se reemplazaron los protocolos y se intensificó la prevención ciudadana, por ejemplo, realizando 16 simulacros en todo el país.

De Haiti a la Onemi

Ricardo Toro, de 58 años, no es un desconocido para la Presidenta Bachelet. En 2009, en su primera administración, la Mandataria lo designó 2º Comandante de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah). En ese país, el general (r) perdió a su esposa, María Teresa Dowling, tras el terremoto que azotó esa nación en 2010.

Ese mismo año, Piñera lo ascendió al grado de general de división y asumió como comandante del Comando Conjunto Norte. Luego, fue nombrado comandante de Operaciones Terrestres, su último cargo militar antes de llegar a encabezar la Onemi, su primer cargo público.

“Full técnico”. Ésa la visión que hoy tiene gran parte del mundo político sobre Toro, quien fue designado como director del organismo de emergencias en diciembre de 2012 en reemplazo de Benjamín Chacana, luego de que éste estuviera a la cabeza de la Onemi de manera interina por un año.

Ambos participaron del concurso del sistema de Alta Dirección Pública (ADP), sin embargo, el gobierno de entonces escogió al militar. El ex ministro del Interior, Andrés Chadwick, informaba esos días que se había esperado a que el ex general terminara su carrera militar para efectuar el nombramiento.

Un ex funcionario del anterior gobierno explica que Toro “es muy respetado por su labor en Haití” y que su pasado como militar pesó en la nominación para encabezar la Onemi. “Toro es un ex militar, por lo tanto, te asegura que nunca más van a existir descoordinaciones entre el mundo civil y el militar en situaciones de emergencia”, dice la misma fuente en referencia a los problemas que hubo tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 en el sur de Chile.

El técnico

El apoyo a Toro es transversal. El jefe de bancada de la UDI, Felipe Ward, dice que la institución está quedando bien parada sobre todo en comparación de lo que pasó en 2010. “Es una señal de continuidad y de que la teoría de la retroexcavadora no es compartida por todos en el Gobierno. Es privilegiar a personas con experiencia y que han hecho las cosas bien”, explica el diputado gremialista.

Asimismo, entre los parlamentarios de la Nueva Mayoría hay mayoritariamente una buena evaluación de Toro en esta coyuntura. El presidente de la comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados, Ramón Farías (PPD), valoró que se trate de “una persona técnica, quizás demasiado a veces, que transmitió la seguridad de que tenía tomado el toro por las astas”.

“Asumió un cargo difícil, que requiere de experiencia, que tiene que ver con la confianza pero también con la experticia. Y él lleva el tiempo necesario para saber que hacer y plantarse frente a la emergencia”, agregó el parlamentario.

Su colega Rodrigo González, le pone un 6. “Fue una buena reacción, rápida y con una movilización de gente notable. Ricardo Toro es una persona que va a partiendo, pero se le vio bien, y en ello colaboró que la institución mejoró muchísimo tras el 27F”, aseveró. Agregó que el funcionario “es una demostración de que cuando hay personas que actúan profesionalmente por el interés del país, deben permanecer en sus puestos”.

El senador PS Rabindranath Quinteros tiene una opinión parecida: “La reacción ayer nos ha dejado a todos muy satisfechos por la celeridad, prontitud, y la responsabilidad que hubo desde el primer momento. La Onemi se sacó un 7“, dice.

Sobre Toro, señaló que “si la Presidenta lo ratificó en su cargo es por algo, porque tenía la experiencia y los conocimientos necesarios. Cuando hay buenos funcionarios, los gobiernos no los cambian, y este es el caso del director nacional”.

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