Para cambiar el estrés de la ciudad y su locura de fin de año por tranquilidad y naturaleza sólo se necesita un viaje de 50 minutos desde Santiago. Esta zona del Valle del Maipo es famosa por sus viñas –y el cabernet sauvignon– y sus restaurantes de comida 100% chilena, que combinan perfecto con el ambiente campestre. Aquí, dónde dormir completamente desconectado, dónde comprar desde plantas a panes, pasando por artesanías, y dónde enfrentarse a los amigos y familiares en una tarde llena de adrenalina. Tranquilos, que en esa ‘guerra’ la pistola no tendrá balas.