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10 de Octubre de 2022

Morosos en Chile: ¿Cuál es el perfil de las personas que integran los registros?

Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la USS conversó sobre las características de los deudores y las políticas públicas necesarias para evitar el aumento de ellos.

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Según el XXXVII Informe de Deuda Morosa, a junio de 2022, el 48,7% de los morosos debe menos de $300 mil y sólo el 12.7% adeuda más de $3 millones. Pexels
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Cuando uno se retrasa en el pago de una deuda entra en la categoría de moroso, la cual, según el XXXVII Informe de Deuda Morosa realizado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián (USS), con información entregada por Equifax está integrada por 4.142.633 personas. 

Este estudio entregó antecedentes de la evolución de las deudas impagas de créditos personales en el país al segundo trimestre del 2022. Según el mismo informe, la cifra más alta de personas morosas se alcanzó en junio de 2020 con casi 5 millones de deudores, lo que coincidió con la mayor una cifra agregada de morosidad de casi 12 mil millones de dólares.

A juicio de Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la USS, “el incremento de los morosos se dio desde el estallido social hasta el peak de la pandemia. Antes de eso teníamos menos de 4 millones y medio de personas amorosa y con 10 mil millones de dólares de deuda. Luego, y de manera muy abrupta, se sumaron 500 mil personas. Esto dado a que uno de los principales indicadores macroeconómicos que predice morosidad es la tasa de ocupación. Es decir, mientras más desempleo tengamos, más morosidad hay. Eso es lo que ocurrió en pandemia”, declaró a EL DÍNAMO.

Para mediados del 2021, con los retiros de los fondos de pensiones y las ayudas del Estado – como el IFE universal- hubo una importante inyección al bolsillo de los chilenos. Según estimaciones del Banco Central, cerca de un tercio de estos recursos se destinaron al pago de deudas y morosidades. Esto llevó a una disminución del 18% de morosos, entre junio de 2020 y septiembre de 2021. 

En palabras del decano, bajo estos antecedentes, resulta tentador entregar bonos o algún incentivo para pagar la morosidad, pero “la pregunta de fondo es cómo ellos generan ingresos permanentes para que puedan salir de la morosidad definitivamente y no por una sola vez”.

Esto dado a que el informé mostró que un 77,4% de las personas morosas lo han estado por 12 meses consecutivos o más, y un tercio de ellos lo ha estado por 48 meses seguidos. Para explicar por qué las personas, incluso teniendo mayor liquidez, no pagan sus deudas, Alejandro Weber señaló que puede darse por muchos factores. Uno de ellos es el comportamiento estratégico. “Las personas en situación de estrechez económica lo que hacen es privilegiar aquellos gastos que son más importantes para el bienestar de sus familias. Por ejemplo, el menor nivel de morosidad histórica está en los créditos hipotecarios. Las personas han seguido pagando sagradamente los créditos hipotecarios porque saben que incumplir en eso significa la pérdida de un activo muy preciado y por lo tanto la pérdida patrimonial para la familia. Sin embargo, en los créditos de consumo, la mora ha aumentado significativamente”, explicó. 

Otra hipótesis planteada de por qué las personas no cumplen con sus pagos, es porque no tienen ingresos permanentes o por falta de información. Existen algunas personas que son morosos porque simplemente desconocen que están en una situación de impago, por ejemplo, con una casa comercial.

Para saber si uno cuenta con moras, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) dispone de un Informe de Deudas online al cual se puede acceder con la Clave Única.  

Desglose por montos e instituciones

El último Informe de Deuda Morosa mostró que el 48,7% de los morosos debe menos de $300.000 y sólo un 12,7% debe más de $3 millones. Mientras que el promedio es de $120.000. Un dato importante ya que la morosidad es proporcional a los niveles de ingreso. Es decir, las personas que tiene menos ingreso tienen menos acceso a deuda. 

Esta información va de la mano con en qué instituciones está la participación de los morosos. Por ejemplo, si cruzamos el hecho de que casi la mitad debe menos de $300 mil y el 46% tiene estas deudas con el retail (casas comerciales y supermercados), podemos deducir que son bienes no durables.

“Cuando las personas tienen que endeudarse para hacer la compra del supermercado, es decir de los alimentos de la canasta básica, estamos en un gran problema como sociedad. Lamentablemente, eso es algo que hemos visto en los últimos años”, dijo el docente.

Por clasificación etaria y de género

En el caso de las edades, éstas se comportan bastante similar a la capacidad de las personas para acceder a financiamiento. O sea, la mayor cantidad de morosos se concentra entre los 30 y 44 años. Esto no porque las personas de esa edad sean particularmente malas para pagar, sino que porque ellos son las más activos laboralmente y por lo tanto tienen mayor nivel de ingreso y mayor acceso a la deuda. 

“En la última medición, el único grupo etario que disminuye en su cantidad de morosos son los más jóvenes, de entre 18 y 24 años. Si uno hace una comparación anual, son cerca de mil jóvenes los que dejan de ser morosos. No es un dato muy significativo, pero es interesante observar, ya que todos los demás tramos solo aumentan”, indicó. 

Al analizar los datos por género, el informe reporta 2.155.000 mujeres morosas y 1.997.000 hombres morosos, lo que responde a los datos demográficos. Esto cambia al fijarnos en los montos de mora, pues mientras los hombres deben en promedio $2.555.000, las mujeres deben $1.278.000. 

“Algunos dirán que las mujeres son más ordenadas y mejor pagadoras que los hombres, pero la verdad es que esta diferencia en los montos de mora es el reflejo de las asimetrías entre hombres y mujeres que existe en el mercado laboral. Mientras el 70% de los hombres participan en el mercado laboral, esta cifra baja a un 49% en el caso de las mujeres participan. A esto se suma la brecha salarial que lamentablemente sigue existiendo entre hombres y mujeres por los mismos trabajos y calificación”, detalló. 

Propuestas

Como se mencionó antes, a juicio del Master en Business Administration y Master of International Development Policy de la Universidad de Duke, entregar bonos o incentivos para pagar la morosidad no serían una solución sólida, ya que este es un tema que debe ser abordado con políticas públicas mucho más rigurosas.

Aún falta identificar exactamente cuáles son los motivos que llevan a una persona a incumplir sus pagos en forma constante. Además de entregar Educación Financiera en los distintos niveles de formación para que las personas puedan administrar mejor las deudas como una herramienta útil para poder acceder a una mejor calidad de vida. 

“Hoy ni en los colegios, ni en hogares, ni en las instituciones de educación superior, ni en los puestos de trabajo, se enseña a administrar de forma responsable la deuda para que la suma del consumo, el ahorro y el pago de deudas, sea menor que los ingresos totales de una familia. Recordemos que el acceso al crédito ha permitido que en las últimas décadas las personas hayan accedido a una mejor calidad de vida. Sin embargo, muchos han caído en el sobreendeudamiento siendo incapaces de cumplir sus compromisos crediticios. Ese es un desafío que tenemos hoy como sociedad. La mejor forma de enfrentarlo en el largo plazo es con un mayor crecimiento económico e inversión, pues de esa forma se crean más empleos, mejoran los salarios y aumentan los ingresos permanentes de las familias”, concluyó Weber.

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