Secciones
País

Por qué el alcalde de Laja podría ser reelegido a pesar de condena en su contra por acoso sexual

Según el fallo del tribunal, el alcalde de Laja ingresó a una oficina del municipio, lugar donde se encontraba la víctima sola en la oficina y aprovechó para realizar actos de significación sexual que intimidaron a la denunciante.

alcalde de Laja acoso sexual

El Juzgado de Garantía de Laja condenó este miércoles a Roberto Quintana (IND), alcalde de la comuna, por el delito de acoso sexual, el cual ocurrió en dependencias de la municipalidad en agosto de 2021.

Según el fallo del tribunal, el alcalde de Laja ingresó a una oficina del municipio, lugar donde se encontraba la víctima sola en la oficina y aprovechó para realizar actos de significación sexual que intimidaron a la denunciante, “consistentes en actos de acercamiento, abrazos, tocar con sus manos el rostro, pelo, brazos y manos de la víctima; intentar besarla, lo que es evitado por (…), continuando con los acercamientos, abrazos y besos en la mejilla de la víctima quien manifiesta su incomodidad pidiéndole que detuviera su actuar”.

A pesar de esto, Roberto Quintana podrá seguir en el cargo si es reelegido como alcalde, ya que solo fue condenado a 40 días día de presidio, con el beneficio de la remisión condicional de la pena por el término de un año.

Al respecto, el Juzgado de Garantía explicó que” dado que el sentenciado es una persona sin antecedentes penales, inserto laboralmente, con arraigo social y laboral, se sustituirá la pena privativa de libertad por la remisión condicional”.

De esta manera, Quintana cumplirá su pena a fines de noviembre, por lo que en caso de lograr la reelección como alcalde de Laja podrá asumir en el cargo nuevamente por un nuevo periodo en diciembre próximo.

Notas relacionadas








¿Por qué los alcaldes no llegan a ser presidente?

¿Por qué los alcaldes no llegan a ser presidente?

Gobernar un municipio exige eficacia; gobernar un país exige, además, conducción política, negociación de intereses y capacidad de disputar un rumbo. El alcalde ejecuta; el presidente arbitra conflictos nacionales y toma decisiones estructurales. El primero acumula aprobación ciudadana; el segundo debe construir mayorías. En ese tránsito, algo se quiebra.

Foto del Columnista Damián Trivelli Damián Trivelli