
Hace más de 65 años, la Achs ha acompañado a millones de trabajadores en todo Chile, con una misión clara: cuidar la vida, prevenir riesgos y promover entornos laborales más seguros. Hoy, guiada por la misma convicción, se despliega con más fuerza y amplitud que nunca, en respuesta a las nuevas exigencias del país, del mundo del trabajo y del sistema de salud.
En el corazón de esta organización, late una red de cuidado que no solo atiende accidentes o enfermedades, sino que trabaja activamente para evitarlos. Desde campañas de prevención y programas de acompañamiento hasta herramientas tecnológicas, la Achs ha sabido posicionarse como el actor principal del sistema mutual en Chile, con más de 3 millones de personas afiliadas y más de 80 mil entidades adheridas.
En Chile, todas las personas que trabajan están protegidas por la Ley N° 16.744, que establece el derecho a recibir atención médica, rehabilitación y cobertura económica en caso de sufrir un accidente en el trabajo o una enfermedad profesional. Esta protección se garantiza con la afiliación obligatoria de los empleadores a una mutualidad, como la Asociación Chilena de Seguridad (Achs), que se encarga de brindar estas prestaciones y acompañar a los trabajadores en su recuperación y retorno seguro al trabajo.
“Nuestro compromiso es poner nuestras capacidades al servicio de los grandes desafíos del país. En la Achs sabemos cómo prevenir, cómo cuidar y cómo sanar, y estamos convencidos de que una red como la nuestra es un aporte para el ecosistema de la salud en Chile. En esa línea, es que empujamos con fuerza la colaboración público privada, entendiendo que los grandes desafíos país debemos enfrentarlos desde la articulación de los distintos actores”, señala Paulina Calfucoy, gerenta de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad Achs.
Pero el contexto ha cambiado. Y la Achs también.
Hoy, la organización enfrenta con decisión tres desafíos que marcan la agenda: el aumento sostenido de las enfermedades profesionales de salud mental, la exposición a violencia por parte de usuarios y clientes en distintos sectores productivos, y la persistencia de accidentes graves y fatales que siguen cobrando vidas en el país. Así, su estrategia actual integra un enfoque preventivo moderno, que incorpora la salud mental como parte de la seguridad integral de las personas.
Un ejemplo de esto es el acompañamiento activo que están realizando a las empresas adheridas en la implementación de la Ley Karin, normativa que busca prevenir y abordar el acoso laboral, sexual y otras formas de violencia en el trabajo. A través de capacitaciones, herramientas y asesoría especializada, la Achs se ha transformado en un aliado clave para generar culturas organizacionales más respetuosas, inclusivas y saludables.
Cuidar para transformar
Más allá del ámbito laboral, la Achs ha puesto a disposición del país sus capacidades técnicas y operativas para apoyar desafíos urgentes en salud pública, como la reducción de listas de espera o el acceso oportuno a diagnósticos y tratamientos. Con décadas de experiencia en la gestión eficiente de recursos clínicos, la mutualidad ha demostrado que es posible operar con altos estándares de calidad, eficiencia y calidez, contribuyendo de forma concreta a resolver los grandes “dolores” del sistema de salud.
Este enfoque integral se refleja también en el Termómetro de Salud Mental, un instrumento que lideran desde hace cuatro años en alianza con la Universidad Católica y que ha sido clave para dimensionar el impacto emocional de las crisis recientes, orientar políticas públicas y visibilizar fenómenos como el agotamiento, la ansiedad y la desconexión en las y los trabajadores.
Para la Achs, todo parte y termina en las personas. Esa convicción guía sus decisiones estratégicas, impulsa sus innovaciones y renueva su compromiso con Chile. Una red que no espera que ocurra el accidente para actuar, sino que anticipa, cuida y transforma.