El trabajo conjunto entre el Ministerio Público y la Policía de Investigaciones (PDI) llevó a la desarticulación de una red de trata de personas que trasladó al menos a 20 mujeres chilenas a Corea del Sur para su explotación sexual.
La indagatoria del caso se remonta a mayo de 2024, cuando personal de la Brigada Antinarcóticos del Aeropuerto Internacional de Santiago detectó patrones reiterados vinculados a grupos de mujeres de entre 19 y 28 años que viajaban juntas a Corea del Sur con pasaportes nuevos y pasajes de alto costo.
Algunas de las mismas jóvenes regresaban a Chile tras exceder los 90 días permitidos para permanencia bajo visa de turista, de acuerdo con lo reportado por El Mostrador.
Las mujeres que cayeron en la red de trata de personas
Según reveló el trabajo policial, existía un perfil definido en las viajeras. Se trataba de jóvenes vulnerables pertenecientes a zonas periféricas, con consumo problemático de sustancias y que, en teoría, no les permitiría costear un pasaje de más de 2 millones de pesos.
De acuerdo con los antecedentes recabados por la PDI y la Fiscalía, al menos una veintena de mujeres chilenas fueron explotadas sexualmente en Corea del Sur y otros países de Asia.
Lo anterior, debido a que la red de trata de personas sacaba a las mujeres de Corea del Sur y las trasladaba a otros países de la región antes de que caducaran sus visas, y luego las hacía ingresar nuevamente al primer país, donde trabajaban en clubes de karaoke o locales nocturnos.
Durante la indagatoria se conoció el caso de una mujer identificada con las iniciales E.K.V.S., de 23 años, quien en noviembre pasado murió en Camboya en circunstancias no esclarecidas.
El citado medio informó que hasta la fecha tres mujeres chilenas fueron formalizadas por el caso y permanecen en prisión preventiva. Todas están acusadas de asociación ilícita y trata de personas con fines de explotación sexual.
Al abordar el caso, la fiscal Carolina Suazo indicó que las encargadas de captar a las jóvenes lo hacían a través de círculos de amistad y aseguraban que los viajes se trataban de oportunidades laborales. Luego de que las víctimas accedían, la red de trata de personas tomaba el control.