
Isabel Allende salió al paso al fallo del Tribunal Constitucional (TC) que ratificó su cese del cargo de senadora, tras la fallida compraventa de la casa de Salvador Allende en Guardia Vieja.
En su resolución, el TC precisó la parlamentaria “celebró el contrato a sabiendas, o no pudiendo menos que saber la existencia de la prohibición constitucional expresa” en el artículo 60 de la Carta Magna.
“Esta norma legal vigente en nuestro ordenamiento jurídico tiene eficacia, legitimidad, sentido y alcances que no tienen discusión. De ahí que el argumento de que se contrató de buena fe no resulta oponible al configurar la infracción constitucional”, detalló el organismo.
Ante este fallo, Isabel Allende expresó en una declaración pública que “esta destitución inédita se ha originado en una motivación política de la derecha en respuesta a la voluntad del Gobierno de Chile de convertir la casa de mi padre, el ex presidente Salvador Allende Gossens, en un museo público y preservar así la memoria que la casa contiene”.
La militante PS indicó que “quiero reiterar que siempre actuamos de buena fe” y dejó en claro que “la situación por la que se nos ha hecho pasar no tiene nombre. Hoy me destituyen del cargo de senadora de manera inapelable, y además debo enfrentar un proceso penal con la certeza de no haber cometido ningún delito. Han sido meses muy duros, en los que se generó un daño irreparable a nuestra familia y donde se ha puesto en tela de juicio nuestra honra y la tradición republicana”.
“Me voy con la frente en alto. En mis treinta años de servicio público he actuado siempre con total integridad. Me pueden destituir por una inadvertencia, jamás por un delito o una intención de perjudicar a mi país”, aseveró.
Isabel Allende finalizó sosteniendo que “el tiempo se encargará de darnos la razón y reivindicará el noble propósito de preservar la memoria de lo que quiso ser un museo público de la casa de mi padre, que cuenta hasta el día de hoy con el respeto y cariño entrañable de miles de compatriotas que valoran su legado”.