
“La oposición parte con una clara ventaja”, dice Hugo Herrera, académico del Instituto de Filosofía de la UDP y reconocido analista de la derecha, respecto a la carrera presidencial y los últimos resultados de las encuestas que miden a los candidatos que corren por el sillón de La Moneda.
Eso sí, alerta que Evelyn Matthei, abanderada de Chile Vamos que lidera en todas las encuestas, tiene un problema severo, a su juicio: no ofrece una visión política país de largo plazo que pueda darle estabilidad al país tras años de crisis de seguridad y estancamiento económico.
Y en ese contexto, dice Herrera, José Antonio Kast asoma como uno de los mejores candidatos.
—Se ve bastante diferencia en las encuestas. Algunas —como Cadem— muestran a Kaiser desplomándose, y otras lo mantienen en tercer lugar cerca de Kast. ¿Qué se puede sacar en limpio de este escenario disímil que se ve en los sondeos?
—Yo creo que en general la oposición claramente parte con ventaja. Y los últimos episodios de las últimas semanas poco ayudan al Gobierno y sus candidaturas a repuntar. Pero hay que ver qué pasa con las primarias del oficialismo. Distinto sería, por ejemplo, un triunfo muy apretado de Carolina Tohá, que la obligaría a negociar muchas cosas con la banda más izquierda, lo que la perjudicaría. A diferencia que si obtuviera un triunfo holgado, ya que en la medida en que no tenga que negociar su candidatura se vería fortalecida bajo la premisa de que al final los votos del centro son los que resultan necesarios para el triunfo.
—¿Carolina Tohá podría ganarle terreno en el centro a Matthei, que pareciera hoy la candidata más moderada de la oposición?
—Yo creo que le podría o no quitar, dependiendo de lo macizo que sea su triunfo. Si es macizo se le facilita la tarea, si no, tiene que negociar mucho con la izquierda más dura, y en ese sentido se le hace difícil captar el centro. Pero también depende de que Matthei logre plantar sus banderas. Yo la califiqué en una columna como “la trapecista” porque va subiendo o bajando dependiendo de las posiciones que va tomando. Pero uno no puede ver todavía, me parece, a Matthei con un discurso de fondo; cuál es la visión del país que ofrece.

“Kaiser es difícilmente un candidato viable”
—Lo que sí parece claro es que Kast parece haberse consolidado en el segundo lugar de las encuestas, ¿qué factores inciden en su posicionamiento sobre Kaiser?
—Yo creo que hay tres explicaciones: una es que la gente de las derechas a esta altura necesita candidatos viables, y Kaiser es difícilmente un candidato viable si se piensa en ganar la presidencia de la República. Lo otro, creo que en el país hay una sensación de falta de conducción política del gobierno, y eso favorece a liderazgos que se perciban firmes para hacer frente a la izquierda y eso favorece a Kast. Y lo tercero, es volver a lo de Matthei: si ella tuviera una visión país clara con una agenda en crecimiento económico y para recuperar la seguridad del país, habría otro escenario. Pero mientras Matthei no haga eso, Kast se ve como alguien firme en sus posiciones y eso le suma.
—¿Sólo le queda seguir desplomándose a Kaiser o ves una posibilidad de repunte?
—Veo difícil que repunte o caiga en la irrelevancia. Creo que se va a mantener en el 5%. Y eso no veo que se vaya a alterar, porque Kaiser tiene dos techos. Uno, sus desaciertos técnicos, por decirlo así, sus conocimientos técnicos de la situación política, como se ve en las últimas declaraciones. Y por otra parte tiene un pasado youtuber que le condena. Kast, por contraparte, con todo lo radical que pueda ser, no es un populista radical o destemplado.
Y en la medida en que se vayan acercando las elecciones y la gente se vea en la obligación de decidir el tipo de país que queremos, yo creo que la candidatura de Kaiser tenderá a quedar pegada.
—¿Kaiser está en ese momento en que le convendría bajar su candidatura para negociar cupos?
—Yo creo que desde el punto de vista de la estrategia política, sería la decisión no solo más probable, sino que si lo está viendo así, más aconsejable, porque cuando puedes llegar a capitalizar el 5% o 6% de los votos en las parlamentarias, puedes hacer fuerza con Kast para ganarle a Matthei.
El riesgo para el país, y yo creo que el sistema político en su conjunto, es que mientras Matthei insista en las listas de supermercados, en las medidas técnicas pero no en dar una visión nacional o política de las próximas décadas y de las reformas que son necesarias para la estabilidad, es una candidata a la deriva. Kast, con un discurso más claro, de derecha tradicional y extrema derecha, podría ganarle a Matthei y pasar a la segunda vuelta. Y eso sería un desastre para la derecha tradicional.
En ese sentido, creo que Evelyn Matthei es una candidata que está entrando en la zona roja de peligro, porque si se alían los Ka-Ka y ella no da con un discurso claro, puede que esa derecha más radical gane la primera vuelta.
—O sea, si se baja Kaiser tendría un impacto significativo en la carrera presidencial.
—Claro, porque ese electorado va a votar. No es gente que esté en contra de la democracia, por decirlo así. Son votos populistas, lo que quieras, pero es gente que si no tiene a Kaiser va a votar. Recién si no están ellos dos, votarían a Matthei como el mal menor.
—De todas maneras, Matthei no baja del primer lugar ni tampoco se le acercan ¿por qué es tan sólida a pesar de los errores?
—Está sólida en ese primer puesto sin perjuicio de que viene cayendo hace varios meses. Pero esa sensación de que sigue con cierta firmeza se da en la medida en que el gobierno le colabora fuertemente. Eso se refleja en muchas cosas como por ejemplo en el apoyo que tiene el candidato continuista que marca lo mismo que el PC que es una fuerza marginal.
En cambio, Evelyn Matthei representa una amplia franja electoral que va desde el centro a la banda derecha de la UDI y ese electorado no va a cambiar su voto. Eso, en todo caso, vale para la primera vuelta. Pero en especial antes de las primarias de la izquierda, porque el que se pare lo va a hacer con contenido político.
Y vale menos mirando a la segunda vuelta. Porque si pasa Matthei con Tohá, la primera va a tener que hacerse cargo de una bolsa de gatos al tener que pactar con Kaiser y con Kast. Sobre todo si no hay una visión política común para negociar.
El rol de Diego Paulsen y los voceros
—De todos modos pareciera que Matthei mientras más lejos de los medios mejor le va… ¿Lo ves así?
—El problema es que cuando tú no tienes un pensamiento político de fondo al cual acudir, terminas haciendo la cuña del día. En ese terreno todos se equivocan. Porque cuando no hay una visión de fondo, se tiende a ser esclavo de lo que al momento dicte. Y eso en política es fatal. Además, si se contrasta esto con la estructura de la campaña que goza de tener los dos partidos más grandes y los centros de estudios que son financiados por los donantes de la derecha, quizá le conviene mantenerse en silencio, por el momento. Pero no le sirve para la primera vuelta.
—¿Y le aporta este diseño con Diego Paulsen como jefe de campaña y los voceros?
—Nombrar tantos voceros es como poner una piñata. Tú le pegas a la piñata y sacas lo que quieres. Los más felices deben ser los periodistas que pueden pegar y obtener declaraciones de lo más variadas. Paulsen, más allá de sus méritos personales, no tiene una visión política novedosa. Ciertamente es una figura dialogante, pero acá se necesitan más que buenas intenciones. Se necesita eficiencia en la operación.
—¿Falta tonelaje político de alguna manera?
—Falta visión política. A Paulsen no se le sacan declaraciones que no sean estratégicas o tácticas, de bien poco alcance, diría yo. No está mal, pero puede sonar un poco de repetición, y hoy se necesita un contenido país. Porque estamos en una crisis severa, las instituciones están en el número rojo desde hace tiempo en términos de legitimidad. Y tú no vas a recuperar ningún tipo de desarrollo político, económico, social, de seguridad, si tú no tienes grandes pactos nacionales, a partir de los cuales darle legitimidad a las instituciones y que las instituciones puedan actuar e imponerse sobre la situación. Y eso yo no lo veo hasta ahora, digamos, ni en la candidatura de Evelyn Matthei, ni en la candidatura de Carolina Tohá, que son las candidaturas que uno esperaría que estuvieran haciéndose este tipo de planteamientos.
—Hablando de los acuerdos, ¿qué te parece la reacción de Chile Vamos y Matthei sobre el Acuerdo por la Paz y el Entendimiento?
—Ese es el claro reflejo de la falta de pensamiento político que tiene la derecha economicista, por decirlo así. Tú tienes a (Alfredo) Moreno, que es un buen negociador técnico, no es un tipo que vaya a plantar su ética sobre el sur de Chile, y que va a soltar algo de recursos, va a estar dispuesto a soltar algo de recursos. Y por otro lado, tú tienes a los partidos de derecha que tampoco piensan al país políticamente, sino que lo piensan desde la finanza, desde la administración, la gestión, la economía, pero ni siquiera la economía de la productividad, sino que la economía de hacienda, y que rechazaron de plano el asunto porque se apartaba de su ideario político estrecho. Pero en política hay veces que tú dices que generar decisiones ineficientes desde un punto de vista monetarista económico, pero que son necesarias para que el país siga flotando.