Evelyn Matthei, candidata presidencial de Chile Vamos, acusó en los últimos días una “campaña asquerosa” orquestada por seguidores del Partido Republicano y de José Antonio Kast para instalar en redes sociales que sufriría problemas de salud mental que serían incompatibles para el cargo de presidente de la República.
Esta tipo de acusaciones no son nuevas en la ex alcaldesa de Providencia, ya que a principios de junio denunció un episodio similar, pero en aquella ocasión por parte de supuestos bots contratados por La Moneda, y aunque desde su comando aseguraron contar con pruebas para sustentar sus palabras, éstas nunca se mostraron.
Sin embargo, expertos apuntaron que este tipo de situaciones ya se vienen haciendo habitual en contextos de campañas políticas, como ocurrió en las pasadas presidenciales y durante el primer proceso constituyente, teniendo como el foco cuentas con orientación de derecha.
Marcelo Santos, académico de la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales, reconoció a EL DÍNAMO que “es extremadamente difícil vincular cuentas anónimas o cuentas que operan en plataformas privadas que no tienen obligación de colaborar con comandos de campaña, investigadores o periodistas”.
“Es decir, puede haber una red de bots, pero no sabes si es un empresario, un grupo de jóvenes simpatizantes o una campaña sistemática desde afuera -como pasó en el caso de Trump con operadores desde Montenegro- y no hay forma de evidenciar ese vínculo, salvo que se encuentre documentación de pagos u otros elementos probatorios”, indicó.
Campañas de desinformación en redes en tiempos de campaña
Frente a la repercusión que ha alcanzado la situación denunciada por Evelyn Matthei y su comando, que incluso ha hecho que José Antonio Kast salga a desmentir que esté vinculado con su candidatura, Santos expresó que “lo que está ocurriendo ahora es llamativo porque es un ataque de derecha contra derecha, ¿no? Porque cuando se acusaba falsamente a Gabriel Boric de consumo de cocaína, no hubo ni la mitad del revuelo ni la revuelta moral que está liderando Matthei, porque claramente les interesaba a ciertos grupos políticos”.
Esta postura fue compartida por Ximena Orchard, directora del Centro de Estudios de la Comunicación Pública de la Usach, quien aseveró que “no me atrevería a decir que es algo completamente nuevo”.
“En la campaña presidencial anterior, se intentaron levantar reparos varias veces al entonces candidato Boric por supuestos consumos problemáticos o temas de salud mental. Ese tipo de ataques se han mantenido durante su presidencia. Pero, aunque no sea nuevo sí es preocupante porque sugiere que hay voluntad y capacidad de coordinación para levantar campañas de descrédito potencialmente muy dañinas y difíciles de detectar para los usuarios de redes sociales”, argumentó la también académica.
Sobre el perfil detrás de este tipo de estrategias, Orchard detalló que “en otros procesos electorales recientes sí se han vinculado campañas desinformativas a usuarios que postean contenidos que se pueden asociar grupos de las derechas más extremas, no solamente en Chile sino también en otros países de la región, como Argentina o Brasil”.
“Una manera de verificarlo es también observar quiénes amplifican estas narrativas. En las estrategias de astroturfing no son los líderes políticos más formales los que inician estas narrativas normalmente, pero a veces sí las amplifican o participan de ellas”, puntualizó.
Respecto a una mayor dureza en cuanto a los ataques concretados por bots y cuentas de redes sociales de ultra derecha hacia Evelyn Matthei respecto a episodios similares, Marcelo Santos declaró que “no creo que haya un recrudecimiento particular ahora. Si recordamos todo el proceso constituyente, hubo ataques de todo tipo. Elisa Loncón, por ejemplo, sufrió ataques bastante más serios que lo que está viviendo Matthei, y tampoco hubo tanta empatía de la prensa y de la clase política hacia ella. Creo que esto es importante destacarlo”.