La presidenta de la Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública A.G. (COPSA), Gloria Hutt, conversó con EL DÍNAMO sobre los desafíos en materia de infraestructura en el país. El diagnóstico de COPSA es que existen casi US$ 10 mil millones en proyectos en agenda, ya aprobados pero que por diversas razones, no inician su construcción.
Obras que podrían requerir miles de empleos y que están trabadas, en muchos casos, por aspectos administrativos. Para plantear estos y otros temas, Hutt se reunirá la próxima semana con los encargados de infraestructura de los comandos presidenciales. El objetivo es presentarle el plan de Copsa para destrabar las inversiones del sector.
La ingeniera civil y ex ministra de Transportes, participó del seminario Fitch On Chile, de Fitch Ratings un evento donde se analizó la clasificación de bonos soberanos de Chile, que la agencia mantuvo en AA-.
– Copsa ha señalado que hay al menos 25 proyectos que están aprobados pero no se inician ¿A qué lo aduce?
– Se han ido haciendo cada vez más lentos los procesos y han aumentado los plazos desde la adjudicación hasta el inicio de las obras. Eso antes ocurría en un plazo dos años o dos años y medio. Pero ya vamos en más de cuatro años en promedio desde el año 2020. Esto, sin duda genera un impacto económico al no tener la inversión ejecutada y no generar empleos y consumo local. Y eso es un ámbito de preocupación para nosotros.
– ¿Qué efectos tiene acelerar esas obras por casi US$ 10 mil millones?
– Creemos que puede ser una inyección directa al desarrollo económico y al crecimiento si se hace un esfuerzo por destrabarlas.
-Usted mencionó que es muy importante que para ello, las personas que ocupen el próximo gobierno no lo hagan por cuoteo político ¿Qué tan importante es insistir en este punto?
– Es clave. Lo que nosotros vamos a plantear es que se elija con mucho cuidado y con mucha objetividad a los equipos que se hagan cargo del Ministerio de Obras Públicas, y, en particular, sobre una base de competencias técnicas. Aquí se juega mucho para el país. El impacto de no hacer las cosas a tiempo es alto.
– ¿Qué debería sopesarse al llenar estos cargos clave en el MOP?
– A pesar de que se ha mantenido una línea de competencia técnica en el Ministerio de Obras Públicas en todos los gobiernos, tenemos que asegurar que lo que está trabado sea prioridad para la cartera que viene. Que tengamos equipos que saquen rápidamente el atraso, la ejecución y pongan en marcha nuevos proyectos.
– Se van a reunir con los candidatos ¿cree que han dado las señales de que la asociación público-privada debe continuar profundizándose?
– Definitivamente es muy importante esa convicción. En las conversaciones preliminares que nosotros hemos tenido, está. Todos han declarado que no sólo la inversión en infraestructuras es clave, sino también la asociación público-privada, cosa que es muy buena. Lo que pasa es que los énfasis pueden ser distintos y las prioridades pueden ser distintas. Y creo que aquí, como decía antes, el país no tiene mucha holgura porque estamos con un problema de crecimiento.
– ¿Qué énfasis deberían poner los aspirantes a La Moneda?
– Es necesario reactivar el dinamismo de la economía, generar ese crecimiento, porque ese mismo crecimiento es el que va a ayudar a resolver todas las otras necesidades.
– Existiendo la posibilidad que asuma un gobierno de Jara ¿se debe trabajar el estigma que el modelo de concesiones achica y debilita al Estado?
– Es verdad que se instala el hecho de que es mejor que el Estado ejecute, opere, administre. Y está probado que en la Asociación Público-Privada los resultados son buenos y los estándares altos. ¿Por qué cambiamos el estándar de autopistas? por la asociación público-privada. ¿Por qué estamos cambiando los hospitales públicos a un estándar de clínica? por la asociación público-privada. O los aeropuertos, que son de niveles que el Estado solo muy difícilmente podría alcanzar. Hay un hecho objetivo que los avala como una buena herramienta. Por algo muchos países están tratando de implementarla más masivamente. Ahí creo que el riesgo tiene que ver con cuánta presión recibe cada gobierno de sus propios adherentes y de sus partidos.