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Fogo de Chão: el gigante brasileño de carne a la espada que cotizó en Wall Street y aterriza en Santiago

En el país desembarca tras una inversión conjunta de Grupo Gastronómico y del empresario Tomás Cubillos, socio de CV Galería.

Antes de ser una marca global, Fogo de Chão fue una escena repetida durante generaciones en el sur de Brasil: carne atravesada por largas espadas de hierro, apoyadas en el suelo alrededor de una fogata encendida directamente sobre la tierra. Nada de parrillas ni ritual urbano. Solo fuego, tiempo y carne abundante. De ahí viene el nombre, literal y sin adornos: fuego en el suelo.

La cadena nació en 1979, fundada por Jorge y Jair Coser, junto a Arri Coser, en Porto Alegre. El menú era limitado y el formato se parecía más a un asador que a un restaurante de mantel largo. Las buenas críticas y la rápida fama local llevaron a los fundadores a explorar otros estados de Brasil.

São Paulo fue el primer destino fuera del sur, en 1988, en una apuesta que no estuvo exenta de dudas: ¿funcionaría un modelo campesino en la capital financiera del país? La respuesta fue rápida. Fogo de Chão ganó notoriedad y se convirtió en parada obligada para ejecutivos, empresarios y visitantes extranjeros.

El salto fuera de Brasil llegó en 1997. Texas, Estados Unidos, fue el destino elegido. Desde allí, la expansión no se detuvo y hoy la cadena suma un nuevo mercado: Chile. La llegada será en Galería CV, en Vitacura, con una apertura prevista para fines de diciembre.

Inversión chilena

En el país, la famosa carne a la espada de Fogo de Chão desembarca tras una inversión conjunta de Grupo Gastronómico —holding que maneja restaurantes como La Perla del Pacífico y Trattoria Rita, liderado por su CEO Andrés Turski— y del empresario del rubro Tomás Cubillos, socio de CV Galería.

Para traer la cadena a Chile, los socios invertirán más de US$ 2 millones en los primeros dos años, con la posibilidad de elevar el monto hasta US$ 5 millones, y el objetivo de abrir hasta cinco locales.

“El desembarco en Chile contempla la contratación de alrededor de 100 personas en los primeros dos años, con la opción de llegar a 250 colaboradores en un escenario de expansión”, detallaron los socios locales.

El segundo local ya está definido: se tratará de una apertura en Costanera Center, uno de los malls clave del país, prevista para 2026.

Del asado gaúcho al radar de Wall Street

Durante casi dos décadas, Fogo de Chão fue un negocio de crecimiento orgánico. El giro financiero llegó cuando el concepto demostró que podía replicarse con éxito fuera de Brasil, especialmente en Estados Unidos.

En 2011, el fondo de private equity Thomas H. Lee Partners tomó el control de la compañía. La lógica fue clara: estandarizar operaciones, acelerar aperturas y preparar la marca para una liga mayor. El foco pasó de preservar una tradición a multiplicar locales, especialmente en el mercado norteamericano, donde el ticket promedio era más alto.

Cuatro años después, en 2015, Fogo de Chão dio el salto a la Bolsa de Nueva York (Nasdaq). La apertura fue leída como una validación del modelo, pero el ciclo bursátil fue breve. En 2018, Rhone Capital lanzó una oferta para sacar a la compañía del mercado, valorándola en más de US$ 1.000 millones.

En 2023, Fogo de Chão fue adquirida por Bain Capital, en una operación valorizada en torno a US$ 1.100 millones. Ese año, la compañía registró ingresos por US$ 576 millones y exhibió una tasa de crecimiento compuesto de 13% en ingresos y 21% en EBITDA durante los últimos cinco años.

Con sede en Addison, Dallas (Texas), la compañía mantiene operaciones propias en Estados Unidos y Brasil, mientras que en el resto de los mercados opera bajo licencias, con supervisión de FOGO LLC.

Pare o siga

Una de las características distintivas de Fogo de Chão es su experticia en la preparación de carne. En Chile, el modelo incluirá cinco maestros gaúchos brasileños, encargados de transmitir la técnica tradicional del asado a la espada.

En términos operativos, cada restaurante demandará un consumo anual cercano a 60 mil kilos de carne, cifra que superará los 120 mil kilos al año con las dos primeras aperturas.

Como el sistema es de servicio continuo —comes hasta que decides parar—, Fogo de Chão fue una de las primeras cadenas en Brasil en incorporar el famoso disco de “pare o siga”. Una tarjeta de dos colores, rojo y verde, que permite al comensal indicar silenciosamente si desea seguir recibiendo cortes en su plato o hacer una pausa. Un gesto simple que terminó convirtiéndose en uno de los sellos más reconocibles de la marca.

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