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De qué trata la tensión entre el Kremlin y Azerbaiyán tras la detención de periodistas rusos en Bakú

Las relaciones entre ambos países se encuentra en el punto más bajo desde la firma de una alianza en 2022.

El Ministerio de Exteriores de Rusia exigió este martes la “liberación inmediata” de los periodistas Ígor Kartavij y Yevgueni Beloúsov, detenidos en la capital de Azerbaiyán, en un nuevo episodio que agudiza la creciente crisis diplomática entre ambos países.

“El jefe de la misión diplomática de Azerbaiyán recibió una nota verbal exigiendo la liberación inmediata de los periodistas rusos Ígor Kartavij y Yevgueni Beloúsov“, comunicó Moscú, luego de la visita del embajador azerbaiyano, Rajmán Mustafáev, a la sede del Ministerio.

La tensión bilateral se desató tras una operación policial rusa en la ciudad de Yekaterimburgo que terminó con la muerte de dos ciudadanos de origen azerbaiyano y la detención de otros seis. Aunque según el Kremlin los detenidos serían ciudadanos rusos, Azerbaiyán acusa a Moscú de tortura con los fallecidos y ha abierto una investigación penal por el caso, lo que Rusia considera una “injerencia en sus asuntos internos”.

“Los intentos de Bakú de acusar a las fuerzas de seguridad rusas de excederse en el ejercicio de sus funciones representan una injerencia en los asuntos internos de la Federación Rusa“, afirmó el Ministerio ruso, que también denunció “acciones hostiles” por parte de Azerbaiyán y medidas que buscan “desmantelar las relaciones bilaterales“.

Deterioro tras firma de tratado

El conflicto llama especialmente la atención porque ambos países firmaron un tratado de alianza en febrero de 2022. Sin embargo, la cooperación se ha deteriorado con rapidez en las últimas semanas.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, expresó su esperanza de que los periodistas —trabajadores de la agencia estatal Sputnik— sean liberados “en un futuro muy próximo” mediante contactos diplomáticos. La versión oficial rusa insiste en que se trata de periodistas, mientras medios azerbaiyanos han insinuado que serían agentes del Servicio Federal de Seguridad encubiertos, algo que Bakú no ha confirmado.

La escalada añade presión a una relación que, hasta hace poco, se mostraba estable y cooperativa, pero que ahora enfrenta su mayor crisis desde la firma del acuerdo de su alianza.

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