El ministro serbio de Inversiones Públicas, Darko Glišić, sufrió un grave derrame cerebral durante una entrevista en un programa de televisión.
Tras ocurrir el hecho, Glišić, que experimentaba un intenso malestar y tenía dificultades para articular palabras, recibió atención médica de inmediato. Fue trasladado de urgencia al Centro de Emergencias de Belgrado en estado crítico, inconsciente y con su vida en peligro, en primera instancia.
Sin embargo, la respuesta de los profesionales de la salud de Serbia fue rápida. El ministro de Salud, Zlatibor Lončar, declaró que “la operación se completó, pero fue extremadamente difícil y duró más de lo previsto“. Ahí destacó la complejidad de la intervención médica debido a la trombosis y la hemorragia, según consignó el portal Proto Thema.
También subrayó la importancia de la atención médica oportuna que recibió Glišić. “Lo bueno es que llegó aquí en la primera media hora u hora, y estas intervenciones tienen una tasa de éxito mayor cuando se realizan lo antes posible”, según informó Ynet.
El impacto político que tuvo el derrame en vivo de ministro serbio
El derrame cerebral que sufrió el ministro serbio en vivo y en directo en televisión conmocionó a la nación y detuvo el discurso político y social.
El presidente Aleksandar Vučić, aliado cercano y amigo de Glišić, expresó su apoyo en Instagram y escribió: “¡Darko, aguanta. No te rindas!”. Más tarde declaró a El Tiempo: “Hablé con él. Todavía lucha un poco, pero es difícil describir mi alegría y la suya”.
Mientras el país seguía la recuperación de Glišić, figuras de la oposición recibieron críticas por sus reacciones. El ministro de Defensa serbio, Miloš Vučević, denunció las respuestas vitriólicas en las redes sociales y declaró que “existe una minoría ruidosa que se alegra de lo ocurrido, incluso le desea la muerte. No sabía que hubiera gente tan inhumana”.
Glišić, miembro clave del Partido Progresista Serbio y colaborador cercano del presidente Vučić, ejerce una gran influencia en la política serbia. Su estado ha provocado una avalancha de apoyo tanto dentro de Serbia como en el extranjero.
Los médicos continuaron vigilando de cerca la evolución de Glišić, y Lončar declaró a Proto Thema: “Todos estamos preocupados, pero esperamos que, con las medidas de terapia y tratamiento, lo logre“.
Mientras Glišić luchaba por su vida, la situación seguía siendo incierta, pero sus partidarios en todo el país mantenían la esperanza.